La policía sigue la pista de los asesinos del matrimonio de Sentmenat, enterrado ayer
"Deseo que encuentren pronto a los asesinos y los condenen". Con estas palabras, el alcalde de Sentmenat, Josep Vilaró, recogía el anhelo de los familiares, conocidos y trabajadores de Miquel Berenguer, de 68 años, y Emilia Casagolda, de 71, el matrimonio asesinado el viernes por cuatro desconocidos en su domicilio, una masía de Sentmenat. Medio millar de personas asistieron ayer al funeral de la pareja en la parroquia de Sant Vicenç, en el barrio de la Creu Alta de Sabadell.La mayoría de los asistentes al funeral lamentaba el "ensañamiento" de los asesinos y se preguntaba el porqué de tanta crueldad. El sacerdote que ofició el funeral hizo un llamamiento a la calma, destacó que "no es el momento de la venganza por muy dolorosa que sea la situación" y habló de la necesidad de dejar el caso "en manos de la justicia".
Sentmenat es un pueblo tranquilo donde nunca "sucede nada", comentaba Vilaró. Mientras continúan las pesquisas policiales, el alcalde espera que el municipio recupere pronto la normalidad. De momento, los asesinos, cuatro hombres de entre 25 y 40 años, continúan en paradero desconocido. Fuentes cercanas a la investigación reiteran que los delincuentes dejaron muchas pistas y que la abundancia de huellas y la existencia de testigos que vieron a los delincuentes hacen prever un rápido esclarecimiento del caso. Uno de los trabajadores de la empresa de Berenguer estaba convencido de que los delincuentes conocían a la familia y que la masía era un destino prefijado. Pero, ¿qué buscaban? De momento no ha trascendido. Ni siquiera los familiares del matrimonio muerto saben qué se llevaron los asaltantes de la casa. Los conocidos del matrimonio no entienden nada y descartan que se trate de un robo cualquiera. Un vecino destacaba "lo abierta que era la familia. Muchos fines de semana hacían comidas a las que invitaban hasta a una treintena de personas".
Todo empezó a las 18.30 del viernes, cuando cuatro individuos cogieron un taxi en Barcelona para ir a Sabadell. Al llegar, comunicaron al taxista que querían ir a Castellar. Fue en esta población donde los presuntos asesinos decidieron irse a tomar unas copas en un bar. Después se dirigieron a Sentmenat. Cuando ya estaban muy cerca de su destino, amenazaron al taxista, D. R., de 52 años, con machetes y navajas y lo amordazaron a un árbol cercano a la masía. Por suerte para el hombre, ahí acabó su dramática aventura. Los cuatro asesinos continuaron con el taxi hasta la casa de las víctimas. Allí, tras torturarles, asesinaron al matrimonio.
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