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Reportaje:RETRATO ECONÓMICO

Ecología en la empresa

En los años 70, el vertido incontrolado de residuos era práctica habitual en las empresas; en la década de los 80, comenzó el control de los desechos industriales a medida que se iba extendiendo la conciencia social medioambiental; en los 90, se impuso el reciclaje y en esta década que acabamos de comenzar el reto es la prevención. Éste es, al menos, uno de los retos de Aclima, asociación cluster de industrias de medio ambiente de Euskadi."Los empresarios han pasado de ver el medio ambiente como un coste a considerarlo una inversión y un valor estratégico", señala Rosa Ortiz, directora general de Aclima. En opinión de Ortiz, a este cambio de actitud han contribuido la Administración vasca, que ha impulsado "la colaboración con las empresas", y la presión de la sociedad.

Aclima, que integra a 53 empresas, define en sí misma la situación del sector medioambiental, una actividad económica reciente que, entendida en sentido amplio, aporta ingresos a 466 empresas y, en sentido restrictivo, sólo integraría a la mitad.

En la comunidad autónoma vasca existen 466 empresas que se dedican al negocio medioambiental. En esta concepción amplia, se integran firmas como la ingeniería Idom o la eléctrica Iberdrola, que son socias del cluster Aclima y que tienen áreas de negocio medioambiental, pero no es ésta su actividad principal.

Con un criterio exclusivo, es decir, empresas vascas que se dedican únicamente al negocio del medioambiente sólo hay 212. Así lo refleja un estudio exhaustivo que sobre el sector vasco del medio ambiente han realizado las cámaras de comercio vascas y que cifra en más de dos billones de pesetas la facturación conjunta de esta actividad económica.

Entre las principales firmas de este negocio, se encuentran Indumetal Recycling, que ha añadido a sus áreas de negocio una nueva línea de reciclaje de ordenadores, y el grupo Hidronor Ambiente, la primera empresa vasca en gestión y recuperación de residuos industriales, que cuenta con ocho plantas en España y tres en Suramérica.

Otras empresas punteras en el negocio del medioambiente son la Compañía Industrial Asua-Erandio (Aser), especializada en el reciclaje del zinc, y Sader, que se dedica a la caracterización, transporte y gestión integral de residuos industriales y cuenta también con un servicio de asesoramiento técnico y jurídico medioambiental para empresas. Al igual que Aser, enclavada en el valle de Asua, la zona más contaminada de Vizcaya, Sader es una isla en la recuperación de residuos rodeada de un mar de empresas que los generan.

Todas las empresas citadas forman parte de Aclima, donde también están empresas como la papelera Smurfit Nervión que, pese a haber reducido sensiblemente su impacto medioambiental, sigue invadiendo Durango y sus alrededores con un olor pestilente o Rontealde, la tristemente famosa empresa baracaldesa que tuvo hace unos años una fuga de dióxido de azufre, doce veces superior al índice legal, que provocó la muerte a un vecino con problemas respiratorios.

Amenazas del sector

Aclima ha impuesto a sus socios la obligación de incorporar a sus empresas un plan de desarrollo sostenible antes del año 2005 y que, según destaca Ortiz, ya lo cumple casi el 70% de las empresas integradas en el cluster. Aclima cuenta también con un plan estratégico para 2003 que refleja entre las oportunidades del sector, el creciente desarrollo legislativo, los mecanismos de control impuestos, la correcta adaptación a las nuevas tecnologías y el aumento de la concienciación medioambiental en la industria.

En el capítulo de las amenazas del sector, se incluyen la excesiva dependencia que el negocio medioambiental tiene de la iniciativa pública, la descoordinación entre administraciones con éstas competencias y la desconfianza de la sociedad y las asociaciones hacia las soluciones ambientales.

Aunque el País Vasco está bastante bien situado dentro del negocio medioambiental español, no escapa al retraso histórico que separa a España del resto de los países europeos. Un estudio del cluster, realizado en 1996 y que no ha sido actualizado, señalaba que la comunidad autónoma tenía que invertir 650.000 millones de pesetas hasta el año 2006 para equipararse con las directrices de la Unión Europea.

Pese a esta brecha, desde Aclima se destaca la evolución positiva del sector vasco del medio ambiente, un negocio que supone el 4,47% del PIB vasco, frente a la tasa del 1,7% respecto al PIB que representa el sector español.

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