_
_
_
_
_

Una fructífera relación

Cronometrados fueron 11 minutos de bravos y aplausos. Once minutos en el Real, el teatro de ópera más rácano en explosiones de júbilo de Europa, son muchos minutos. Aquel fervor sólo estaba reservado para algunos santos del público de Madrid, como Alfredo Kraus. Daniel Barenboim ya ha sido santificado en el coliseo madrileño. La noche de su debú en el nuevo Real con Tristán e Isolda se recordará en los anales. El montaje, estrenado el pasado mes de abril en la Deutsche Staatsoper de Berlín, fue el comienzo de una relación que se espera fructífera para el director argentino, reconocido como el mas lúcido intérprete de Wagner en la actualidad, y el Teatro Real. Mañana se espera ya con ganas su Don Giovanni, de Mozart, que, aunque no ha cosechado tanto éxito en su estreno berlinés la pasada semana, aquí ha despertado el interés justo que suscita la presencia de una de las primeras batutas del mundo en el foso del teatro. El público no está acostumbrado a tanto nivel orquestal y se nota. El año que viene ya se ha anunciado por parte del teatro alemán la vuelta del equipo, compuesto este año por 260 personas, entre músicos, cantantes y técnicos, a Madrid con Los maestros cantores, otra ópera de Wagner, y con Fidelio, la única pieza de este género compuesta por Beethoven.Los alemanes, por su parte, están interesados en llevarse a Berlín el Don Quijote compuesto por Cristóbal Halffter y escenificado por Wernicke, estrenado el pasado febrero en Madrid.

Más información
Tristan und Isolde De Richard Wagner.
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_