_
_
_
_

Espinosa invasión

Cuando hace una veintena de años el dueño de un chalé, situado en la falda Sur de la Sierra de Orihuela, junto a esta ciudad, plantó en su jardín un raro cactus de procedencia americana, seguramente no calculó las consecuencias de su iniciativa. En la actualidad, el cactus se ha extendido y ha ocupado una amplia zona de dicha sierra amenazando especies endémicas, creando muros más infranqueables que las alambradas de espinos y estorbando e hiriendo sin piedad a animales y excursionistas.La Cylindropuntia tunicata, denominación científica de esta especie, que alude a una peculiar túnica antitranspiración que cubre cada una de sus largas espinas amarillas, se ha convertido en un grave problema que ha motivado las protestas de excursionistas, montañeros, senderistas, pastores, vecinos y usuarios en general de esta sierra. Tras algunos años desde su detección, estudios y preparativos, el Ayuntamiento oriolano inició a finales de mayo una campaña de erradicación del dañino cactus.

Para tal fin ha creado una brigada especial, gracias a una subvención de 4'5 millones de pesetas de la Consejería de Trabajo, cuya tarea es la de arrancar cada cactus y su raíz y eliminarlos para frenar su debastadora invasión.

En la falda sur de la Sierra de Orihuela, al pie de la Cruz de la Muela, en una franja de unos dos kilómetros Este-Oeste desde el Cementerio oriolano y hasta frente a El Palmeral, el cactus de agudos y fuertes pinchos amarillos ocupa ya amplias manchas de terreno que incluso se divisan en lo alto de las escarpadas y verticales paredes bajo La Muela.

La citada brigada, integrada por una decena de personas, ha limpiado ya una hectárea densamente poblada por la Cylindropuntia Tunicata, utilizando unos grandes cestos de malla metálica para transportar los cactus hasta una cantera abandonada donde serán quemados y enterrados. Son ya 5.000 los kilos de cactus arrancados, y la última novedad ha sido la instalación de una tirolina (cuerda de descenso de montañeros) a través de un barranco para lanzar con ella más rápidamente los cestos cargados hasta la cantera, situada en la base del barranco.

Un equipo del Grupo Oriolano de Montañismo (GOM), bajo la dirección del biólogo medioambiental Gonzalo Escudero, realizó un exhaustivo estudio de la plaga que supone el cactus y entre sus propuestas de erradicación recomendaron el uso de cables-sierra para cortar sus tallos, el arranque de las raíces y la quema controlada de todo ello. Una labor ardua, máxime si se tiene en cuenta que estimaron su área de expansión en unas 30 hectáreas, con diversos niveles de proliferación.

Originario de México, el sur de EEUU, el Caribe, Colombia, Ecuador, Perú y Argentina, el cactus ha encontrado en la soleada y árida falda sur de la sierra oriolana un hábitat ideal. La lluvia escasa, el mucho sol y una alta temperatura media, en un suelo con poca tierra y materia orgánica que hace difícil pervivir a otras plantas, inclinan la balanza a favor del Cylindropuntia tunicata en la lucha por la supervivencia. Amenaza incluso especies de interés botánico mundial y otras especies típicas de la zona como los tomillares, espinares o el romeral. Estas sierras han sido objeto durante la década de los años 50 de importantes reforestaciones de pinos, con el Pinus Halepensis, especie muy resistente a las condiciones hidrológicas existentes y un clima semiárido. Todas las especies autóctonas del área pueden verse afectadas por la expansión del cactus, por su resistencia y rápido crecimiento.

Los biólogos apuntan como principales vehículos de expansión de este cactus el ganado que pastorea en la zona y el hombre. Para los expertos, la manera más recomendable para la destrucción del cactus sin que afecte demasiado al medio natural, es el método manual y, posteriormente, eliminar los tocones y cepellones de los cactus con un pico.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_