El alcalde de Almonte pedirá al Patronato que analice el impacto del tránsito de coches rocieros en Doñana

El alcalde de Almonte, Francisco Bella, pedirá una reunión del grupo de relaciones con el entorno del Patronato de Doñana para analizar el impacto real de la romería del Rocío en el Parque Nacional. Bella es partidario de que se regule el tránsito de vehículos y personas por el espacio protegido desde "el consenso", aunque él aboga por evitar que los vehículos de tracción mecánica atraviesen el parque. El alcalde difiere, sin embargo, de las críticas lanzadas por ecologistas: "Almonte no va a consentir que se asocie el Rocío con daños a Doñana porque son dos realidades estrechamente unidas desde hace muchos siglos y han de continuar viviendo armónicamente en el futuro". Por el contrario, el delegado del Gobierno andaluz en Huelva y coordinador del Plan Romero, Juan Ceada, considera innecesario que se limite el tránsito de vehículos por Doñana que, en su opinión, no ha sufrido impacto alguno por la romería. "Doñana y su entorno es de todos los andaluces", afirmó.

El Plan Romero destina unos ocho millones de pesetas a limpiar todos los caminos rocieros, aunque la recogida de residuos en el interior del Parque Nacional depende del propio Patronato. Sobre el tráfico de vehículos, Juan Ceada aseguró que el próximo año se aumentará el control para impedir que, junto a las hermandades de Cádiz -las únicas que transitan por la vía pecuaria de Doñana-, se cuelen todoterrenos de personas sin vinculación con las agrupaciones rocieras. "Hay gente que se une y no son hermanos", admitió.

Para ellos, el Plan Romero se planteará el próximo año desviarlos hacia las carreteras, aunque también se estudiará la posibilidad de habilitar vías específicas para caballistas y caminantes, vedadas a los vehículos.

Otro de los aspectos sobre los que se reforzarán los controles en la próxima romería del Rocío será la vigilancia sobre los malos tratos a animales. Este año han fallecido 18 caballos (tres de ellos dentro del Parque Nacional) y un buey, frente a los 17 animales que murieron en 1999. Aunque Ceada recordó que es una cifra baja atendiendo a los 45.000 caballos que han participado en la romeria, aseguró que reforzarán la vigilancia con más veterinarios para detectar si algunos animales sufren agotamiento. "No podemos permitir la muerte forzada de ningún animal, aunque tampoco se puede dar la imagen de que los romeros dan un mal trato generalizado a los animales", explicó.

Durante los días del Rocío, la Junta de Andalucía sólo ha abierto dos expedientes administrativos, que podrían culminar en sanciones, a dos propietarios de caballos que presentaban síntomas claros de agotamiento.

El delegado del Gobierno andaluz en Huelva destacó que durante la romería que acaba de finalizar no se han incidentes graves. Al Rocío han acudido 1,4 millones de personas.