EEUU trata de llevar el 'caso Microsoft' al Supremo por temor a un revés judicial
Microsoft y el Gobierno de Estados Unidos libraban ayer una dura batalla en varias instancias judiciales sobre la velocidad del proceso de apelación iniciado por la empresa de Bill Gates contra la decisión de dividirla en dos adoptada por el juez Thomas Penfield Jackson. Microsoft, que el martes presentó su recurso ante el Tribunal de Apelaciones del Distrito de Columbia, desea que esta instancia, que en el pasado ya anuló una decisión de Jackson contraria a Microsoft, lleve el caso. El Gobierno quiere que la apelación sea vista directamente por el Tribunal Supremo.
Tras la presentación por Microsoft del recurso ante el Tribunal de Apelaciones del Distrito de Columbia, el que corresponde a la ciudad de Washington, el Departamento de Justicia pidió al juez Jackson que remita el caso al Supremo, que sería libre de aceptarlo o de optar por la tramitación ordinaria que desea el gigante de la informática. El argumento de Justicia es que, para evitar mayores daños a la economía norteamericana, el Supremo, tal como lo permite la ley, debería tomar el caso en sus manos lo antes posible. Jackson debía pronunciarse anoche sobre la vía rápida, con la que, en principio, simpatiza.La firma de Gates se opone a la aceleración del proceso deseado por Justicia. Cree que tiene una buena oportunidad de que el Tribunal de Apelaciones anule la decisión de dividirla en dos empresas: una que se haga cargo del sistema operativo Windows y la otra que se ocupe del resto de los programas y aplicaciones, como Office, y de lo relacionado con Internet. En 1998 ese tribunal ya sentenció a favor de Microsoft, anulando una orden de Jackson para que el navegador Explorer fuera separado de Windows.
Gates y su brazo derecho, Steve Ballmer, también apuestan por ganar tiempo, a la espera de que una posible victoria del republicano George Bush en las presidenciales de noviembre modere la beligerancia gubernamental. Microsoft ganó en la noche del martes una primera mano cuando el Tribunal de Apelaciones aceptó tramitar el recurso y declaró que, "dada la importancia excepcional del caso", deseaba que fuera estudiado por siete de sus diez magistrados. La mayoría de ellos, según fuentes jurídicas estadounidenses, simpatizan en principio con las tesis de Gates.
Microsoft pidió asimismo al Tribunal de Apelaciones que suspenda de inmediato las restricciones impuestas por Jackson. Esas restricciones, que entrarán en vigor a comienzos de septiembre, obligan a la empresa a cambiar su política comercial. Debe establecer un precio único para Windows y debe permitir a los fabricantes de ordenadores que presenten a los consumidores ese sistema operativo como deseen.
Tras haber perdido en lo que va de año un 41% de su valor en Bolsa a causa de sus problemas judiciales, Microsoft se enfrenta ahora al problema de una posible fuga de cerebros. Muchas empresas del mundo de la informática e Internet de Silicon Valley, Nueva York y Washington están tentando a los empleados de Microsoft con el argumento de que esta firma tiene un futuro muy incierto.
Tranquilidad en Seattle
Desde Seúl, donde promovía su visión de la nueva economía alumbrada por Internet, Gates rechazó ayer que exista inquietud entre sus ejecutivos y empleados por la identificación de Microsoft con un monopolio depredador. "La moral es muy alta; nuestros empleados trabajan en Microsoft porque adoran escribir buen software", dijo. Gates informó de que su empresa se está concentrando en proporcionar acceso a Internet a través de pequeños artefactos inalámbricos como teléfonos móviles o agendas.
El inventor con Paul Allen de Windows aseguró tener "gran confianza" en que los tribunales superiores fallen a su favor. "La gente tan sólo tiene que tener paciencia para esperar lo que va a terminar ocurriendo", dijo. Gates, no obstante, se hizo eco de las declaraciones de Ballmer de la pasada semana y dijo: "Siempre estamos abiertos a una propuesta de acuerdo". Como en todos estos procesos norteamericanos, la parte demandante, el Gobierno, y la demandada pueden alcanzar en cualquier momento un pacto al margen de los tribunales.
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