El puente hundido en Cataluña estaba preparado para soportar la mitad de la lluvia que cayó
El puente sobre la carretera Nacional II que se desplomó el pasado fin de semana como consecuencia del temporal que asoló Cataluña estaba preparado para resistir una avalancha de lluvia de hasta cien litros de agua por metro cuadrado en 24 horas, menos de la mitad de la que el sábado cayó sobre el viaducto: 250 litros. Diversos expertos consultados consideran que la cifra de 100 litros se alcanza en Cataluña con cierta frecuencia. La Generalitat valoró ayer en 11.000 millones los desperfectos en infraestructuras públicas causados por el temporal del pasado sábado.
"En el momento de la construcción, la normativa vigente contemplaba que la obra pudiera resistir como máximo un temporal de cien litros por metro cuadrado", aseguró ayer el portavoz de la constructora Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), Juan Roldán. Esta constructora fue la encargada, hace diez años, de la ampliación del puente de Esparraguera (Barcelona), que Dragados había empezado a levantar en 1968.El índice de pluviosidad es uno de los factores esenciales sobre los que se basa el Ministerio de Fomento para decidir los materiales y calcular la resistencia en la construcción de una obra pública de estas características en cualquier punto de España.
Sin embargo, los expertos consideran que el nivel de resistencia del puente desplomado se quedaba corto para las condiciones metereológicas de Cataluña. Según el metereólogo Luciano Ron, "la cantidad de cien litros por metro cuadrado en 24 horas parece pequeña. En situaciones de gota fría, aunque este no fuera el caso del pasado sábado, es posible que en Cataluña caigan cantidades iguales o superiores, sobre todo entre finales de septiembre y finales de noviembre".
Por encima de los 100 litros
La tromba de agua del pasado sábado estuvo muy por encima de este límite: de acuerdo con el Servicio Metereológico de Cataluña, el día del desastre cayeron 208 litros por metro cuadrado en localidades como Sant Salvador de Guardiola. Un día normal, la lámina de agua que baja por el río Llobregat tiene un grueso de entre 20 y 25 centímetros, mientras que el día en que cayó el puente alcanzó los 5,2 metros.
Dragados declinó entrar en una guerra de acusaciones sobre las responsabilidades del hundimiento del puente. "Lo primero es aclarar las causas y analizarlas", declaró su jefe de prensa, Ana Portillo, quien añadió: "Esperamos a las conclusiones y que al final todo quede en su sitio". Por su parte, el presidente de FCC, Marcelino Oreja, pidió desde Oviedo que "se clarifique lo antes posible desde el punto de vista técnico lo que ha ocurrido".
Montones de técnicos se desplazaron ayer hasta el puente hundido para tratar de averiguar por qué se cayó. Por un lado, técnicos del Ministerio de Fomento, unos de Madrid y otros de la demarcación del ministerio en Barcelona; por otro, técnicos de Fomento de Construcciones y Contratas y de Dragados. Ninguno de ellos quiso pronunciarse hasta que haya una "versión oficial". Las primeras explicaciones no oficiales apuntan a dos causas. Una es el llamado "efecto terremoto". Las lluvias habrían provocado un desplazamiento importante de tierras, de unos seis o siete metros, según un portavoz de FCC, que habría producido una especie de temblor en la estructura del puente. La consecuencia habría sido la rotura de uno de los pilares. Una segunda hipótesis es la de la pérdida de la base de anclaje, que podría ser defectuoso por haber sido construidos sobre terreno blando y no sobre roca viva.
El antiguo Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo editó en su momento un folleto sobre el tramo de la autovía entre Igualada y Martorell, donde figura el nombre del director de la obra (Leopoldo Piedra Beltrán) y los jefes de la misma, Francisco J.García Martín y Juan Baseda Gómez, pero no el del autor del puente.
Por otra parte, unas 1.800 personas asistieron ayer en Esparreguera a los funerales por los hermanos, Jordi y Antoni Sánchez Justo, de 20 y 24 años respectivamente, fallecidos el sábado cuando viajaban en su automóvil por la N-II justo en el momento en que se desplomó el puente.
El Congreso pide medidas urgentes y depuración de responsabilidades
El Congreso de los Diputados aprobó ayer, con 307 votos a favor, una proposición no de ley, pactada entre el PP, el PSOE y CiU, para solicitar al Gobierno central que, tras la evaluación de los daños ocasionados por la riada en Cataluña, se adopte en colaboración con la Generalitat y los ayuntamientos afectados una serie de medias urgentes para paliar sus daños. En la propuesta, los partidos instan "la inmediata reconstrucción de las infraestructuras viarias y ferroviarias dañadas por las lluvias", en especial las ocasionadas por el desbordamiento del Torrent del Lluch, en El Vendrell, y se propone impulsar "medias de bonificación, incluida la gratuidad" del peaje de la autopista A-2, mientras dure la reconstrucción del puente sobre la N-II.Los tres partidos citados habían registrado sus propias proposiciones, pero más tarde consensuaron una conjunta, que obtuvo el respaldo de la Cámara. La iniciativa, que partió sobre todo de CiU, también encontró el mismo y rápido eco en el Senado. Entre las actuaciones que se demandan está la presentación de un real decreto ley por parte del Ejecutivo para establecer esas medidas urgentes a través de disposiciones ministeriales.
La Cámara baja acordó así que se realice "una investigación exhaustiva sobre las causas que provocaron el derrumbamiento del puente sobre la carretera N-II entre los municipios de Esparraguera y Abrera" y el estudio sobre la canalización de la Riera de la Magarola. Investigación que "deberá arbitrar soluciones técnicas que impidan hechos como los sucedidos y deberá depurar las responsabilidades que, en su caso, pudieran derivarse".
Los partidos reclaman también el "impulso de una solución inmediata ante los problemas que origina en el municipio de El Vendrell el puente de la línea férrea de Renfe, así como el paso de la carretera N-340 y su variante que, con su actual diseño, provocan graves inundaciones con el desbordamiento del Torrent del Lluch".
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