Muere Rafael de La-Hoz, un gran renovador de la arquitectura española
Tras una larga enfermedad, falleció ayer en Madrid Rafael de La-Hoz, arquitecto de singular talento y renovador de la profesión, promotor en España de la normativa tecnológica de la edificación y presidente de la Unión Internacional de Arquitectos entre 1981 y 1985. Rafael de La-Hoz Arderius perteneció a un grupo de arquitectos españoles para los que la modernidad no fue sólo un lenguaje estético, sino sobre todo un proyecto de modernización del país.
Nacido en Madrid en 1924, pasó su infancia en Córdoba -ciudad en la que desarrollaría también su primera etapa profesional-, se tituló en Madrid en 1951 y completó sus estudios en el Massachusetts Institute of Technology en 1955. Apasionado de las matemáticas, la formación que recibió en Estados Unidos dejó un poso de preocupación constante por la construcción y la técnica; desde la Dirección General de Arquitectura creó e impulsó la realización de las Normas Tecnológicas de la Edificación a partir de 1971. Más tarde, De La-Hoz invirtió su talento político en promover la arquitectura desde diversos organismos, entre ellos la Unión Internacional de Arquitectos. Miembro de una generación que intentó superar el retraso de una España aislada e ignorante, su primera obra fue una tienda de modas para Vogue en Córdoba (1951), donde la fluidez espacial y la producción material son ya netamente modernas. Con su colega y amigo José María García de Paredes proyectó, cuando aún eran estudiantes, la Cámara de Comercio de Córdoba; y juntos construyeron también el colegio mayor Aquinas en Madrid (1953-1957), un bloque ligero y quebrado por el que recibirían el Premio Nacional de Arquitectura en 1956. Hacia mediados de los sesenta, su estudio cordobés extiende su radio de acción a toda Andalucía con realizaciones como la fábrica de cervezas El Águila en Córdoba, el Palacio de Congresos de Torremolinos, el hospital Provincial de Córdoba, la sede del Colegio de Médicos de Sevilla o el colegio de las Teresianas de Córdoba. En los setenta, y ya en Madrid, proyectó la ampliación del Ministerio de Marina y el edificio del banco Coca (hoy Catalana Occidente) en el paseo de la Castellana; y a la década de los ochenta corresponden la sede del Inserso o el Centro de Telefónica en Madrid, realizados con su hijo, Rafael de La-Hoz Castanys, hoy al frente del estudio.
Académico de Bellas Artes desde 1990, Rafael de La-Hoz será recordado por sus esfuerzos para hacer de la arquitectura una profesión más concienciada y técnicamente competente, pero también por imágenes tales como el trampolín con forma de libélula del temprano chalet Canals en Córdoba, la espina zigzagueante del colegio Aquinas o el monumental cubo vítreo de la Castellana.
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