Julio Iglesias se rodea de jóvenes compositores en su nuevo disco, 'Noche de cuatro lunas'

Julio Iglesias le ha hecho una transfusión de sangre nueva a su carrera. Su nuevo disco, Noche de cuatro lunas, que saldrá a la venta el próximo 19 de junio, cuenta con canciones de jóvenes compositores que han dado forma a "una fusión del mundo español y el latinoamericano". El cantante, de 56 años, que participa en las letras de una decena de los temas, afirmó ayer en Madrid que le interesa acceder a nuevos públicos, sin descuidar a sus viejos admiradores. "Tengo la impresión de haber sobrevivido a muchas guerras", afirmó, "y me siento agradecido a la vida".

Con 33 años en la música y más de 70 discos publicados, Julio Iglesias ha querido darle un impulso nuevo a su carrera. "Este álbum es distinto porque tiene la influencia de una generación joven de compositores: Alejandro Sanz, Estéfano, Robi Rosa y Rubén Blades, aunque éste es más de mi edad. Son cuatro autores que aportan cuatro actitudes musicales distintas. Es un álbum con cuatro fases, como la luna, y de ahí viene el título. No se puede decir que sea tango, son, guaracha, cumbia o rumba, es una mezcla de culturas. La única confusión fue la mía al empezar a grabarlas", comentó ayer. Julio ha vuelto a escribir letras en este álbum. "Ha sido el impulso que me han dado ellos y los temas que han escrito. Con Estéfano escribo como diez canciones y su influencia está más en el concepto musical que en los temas en sí".

El padre de todos

Entre las canciones que se incluyen en este disco figura una versión de Corazón partío, de Alejandro Sanz, además de un tema inédito, Seremos libres, del mismo autor. "Alejandro hizo una versión insuperable de ese tema, por eso no he tenido complejos en cantar la mía".

Respecto a los nuevos cantantes de origen latino que triunfan en Estados Unidos, Julio Iglesias dijo que se sentía como el padre de ellos: "Estoy en una carretera donde los chavales corren las curvas a una velocidad endiablada y donde cantan todos mis hijos: mi hijo Enrique, mi hijo Ricky Martin y mi hijo Marc Anthony, entre otros. Y son todos mejores que yo".

"Hacer música latina es lo mío. Empecé cantando boleros cuando no sabía ni cantar. Lo importante es seguir aprendiendo. Uno es mejor sólo cuando aprende. Si ves el pasado y te das cuenta de que no has cambiado es que no eres un artista. Al repasar discos míos de hace veinte años veo que hay un abismo con lo que hago ahora, y creo que dentro de diez años cantaré aún mejor".

Para Julio Iglesias, se avecina una gran época para la expansión de la música latina en el mundo. "Los Grammy latinos que se van a celebrar este año van a justificar de forma global el mundo latino y van a hacer entender en Estados Unidos que no se trata de una cultura que empieza en Chile y termina en Río Grande, sino que empieza en el Nilo. Me parece interesantísimo e importante que se den estos premios a la cultura latina bien entendida".

Sereno y contento, Julio Iglesias parecía haber despertado ayer con la conciencia de ser un hombre privilegiado. Lejos del presuntuoso y frívolo rompecorazones del pasado, pero fiel a su imagen de eterno bronceado y de saludable madurez, el cantante romántico manifestó una y otra vez su sorpresa y agradecimiento por todo lo que tiene. "Tengo casi todo lo que la gente imagina que hay que tener", afirmó. "La vida me da fuerza e interés por sobrevivir. Ahora, más que nunca, estoy conforme conmigo mismo".

Reconoció, sin embargo, que le divertían más las conferencias de prensa de hace unos años, "cuando me preguntaban por mis novias", más que éstas en las que las preguntas van dirigidas principalmente a su música. "Me da la sensación de que no estoy vivo, pero no estoy muerto emocionalmente, aún tengo mucho que decir", reclamó. Anoche quiso probar que su lado más mundano sigue palpitando en la lujosa fiesta en las afueras de Madrid con la que presentó este nuevo disco.