Publicidad 2001, una odisea en el espacio

RETRATO ECONÓMICODicen, y dicen bien, que los tiempos adelantan que son una barbaridad y en publicidad bien sabemos de ello, porque nuestra constante adaptación al cambio es una búsqueda continua y sistematizada de nuevas formas de comunicar, de ofrecer nuevas soluciones a nuestros clientes. Mucho se ha evolucionado desde las primeras campañas en la UHF y en la VHF hasta las actuales estrategias en la era de la red.Porque de descuentos e intermediaciones, de idas y venidas a las imprentas y fotomecánicas y de dar todo por nada no viviremos el próximo siglo. No señor, ya que los medios se están poniendo duros y no precisamente de los de cinco pesetas; porque a las imprentas y fotomecánicas se va en RDSI, y porque dar valor a nuestro trabajo comienza por tener conciencia nosotros mismos de la importancia de nuestra actividad.

Y es que hoy es ya mañana. Y mañana es ya tarde. La rapidez se equiparará a servicio y la adaptación a tecnologías y tendencias de futuro es ya una realidad.

Y así, no saber dar un servicio a nuestros clientes sobre Internet y comercio electrónico y las mejores formas de comunicar en la red puede constituir un problema. ¡Houston!

Pero no sólo eso, sino que además, no convertirnos en su mejor aliado en nuevas estrategias de comunicación y búsqueda de ventajas competitivas para sus productos/servicios, nos puede poner la piel de gallina.

En definitiva estaremos pro active, o nos quedaremos fuera. Deberemos ofrecer acciones antes de demandar por parte de nuestros clientes soluciones a sus problemas.

Y todo ello pasará por el replanteamiento de situaciones clásicas. Aquí, en nuestra propia casa. En las agencias del País Vasco. El conocimento de nuevas herramientas de comunicación será vital, así como el reciclaje de los recursos humanos, dando paso a nuevas generaciones, desterrando viejos tópicos. Estableciendo una nueva relación con los clientes, menos interesada y más profesional por ambas partes. Buscando la creatividad y el servicio. La efectividad de las acciones. Uniéndonos a su cadena de valor. Asignando a nuestro trabajo criterios de profesionalidad sobre parámetros reconocidos. Y todo ello sin olvidar los tan comentados certificados de calidad.

En un futuro no muy lejano asistiremos a fusiones entre aquellas agencias que anteriormente competían, para buscar nuevas áreas de negocio más allá de nuestras narices.

Y todo lo que hagamos en beneficio del cliente, tendrá un precio. Un valor de mercado que en nuestro buen hacer estará el saberlo valorar y en el buen criterio del cliente, el reconocer que alcanzar sus objetivos tiene un precio.

Pero todo esto pasará, ¡Sí, sí!. Pasará el siglo que viene, para el cual todavía nos quedan unos segundos. Así que, sigamos preocupándonos por las campañas institucionales, por el intrusismo profesional y la falta de criterio, por el descuento y el fotolito. ¡Que hoy tenemos que facturar!. Y para mañana todavía nos queda esta noche, que con un buen brainstorming y un potente Macintosh sacaremos adelante la campaña. ¡Que a primera hora se presenta!. Y este cliente entiende de publicidad.

Luis Sastre López es ejecutivo de cuentas de Poolcme.