Cristino de Vera lleva a Lanzarote el misterio de sus últimas pinturas
El artista Cristino de Vera (Santa Cruz de Tenerife, 1931) presentó ayer sus últimos trabajos inéditos en el Museo Internacional de Arte Contemporáneo (MIAC) de Lanzarote. La muestra titulada Cristino de Vera. Obra reciente, organizada por el Cabildo de esta isla canaria, recoge un total de 16 obras ejecutadas en óleo sobre lienzo entre los años 1997 y 2000 del premio Nacional de Artes Plásticas en 1998.Cristino de Vera presenta en esta exposición, que se suma al ciclo Artistas históricos canarios que ha venido organizando este museo lanzaroteño, un trabajo misterioso producto de la búsqueda incesante de la belleza que oculta los objetos o paisajes escogidos para sus obras.
Para Cristino de Vera, quien anunció que con esta exposición se retira a "alguna de las islas para escribir", sus últimos trabajos buscan una abstracción mayor a la imprimida en etapas anteriores. Sin embargo, el artista tinerfeño afincado en Madrid, que reconoce su difícil delimitación estilística aunque se siente afín a Cézanne o Juan Gris, cree que su última obra viene a ser la continuidad de su marcado carácter de atemporalidad del arte porque "lo que busco es captar la belleza de las cosas que me rodean con el fin de aislarme de la realidad atemorizante de la muerte. La vida es muy limitada, por lo que tenemos que quedarnos con lo que tenemos, que en su mayoría guardan una gran belleza".
Humildad
En estos óleos, el pintor canario, que admite ser un amante de los paseos por el campo, vuelve a buscar en su interior la obra de arte que ya representa la naturaleza y, en definitiva, todo el universo. "Con esta obra quiero dejar un recuerdo de la belleza callada y espiritual que se mueve en mi interior con toda la humildad de un hombre que sólo ha querido pintar".
Estos trabajos parten de las profundidades existencialistas de su consciencia para "ser el fruto de un trabajo hecho para los demás", afirma De Vera. En su opinión, el arte debe realizarse con la intención de que el "contemplador" capte la belleza que el creador ha visualizado en el germen de las cosas, ya sean objetos, figuras o muestras de la naturaleza que le rodea, con el fin de que "también se emocione con ellas del mismo modo que lo he hecho yo", dice. "Sin esta conexión artista-contemplador el arte no expresa nada y pierde su esencia".
Para Cristino de Vera, la base de su carrera ha radicado en el trabajo en equipo, ya que no cree "en el artista-centro. El arte es de todos, porque la belleza la puede contemplar todo el mundo".
Sobre el catálogo artístico del MIAC, que el jueves presentó el director del Museo Nacional Reina Sofía, Juan Manuel Bonet, le parece "absolutamente maravilloso" y destaca la calidad de las reproducciones fruto del trabajo de los fotógrafos y la selección de los artistas.
Babelia
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