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Una infección de origen desconocido mata a 35 drogadictos del Reino Unido e Irlanda

Las autoridades aconsejan a los toxicómanos que fumen la heroína en vez de inyectársela

Isabel Ferrer

En una medida sin precedentes, las autoridades sanitarias británicas e irlandesas aconsejaron ayer a los toxicómanos que fumen heroína y abandonen las jeringuillas, después de que una nueva muerte en Glasgow (Escocia) elevara a 35 las víctimas en ambos países de una infección para la que aún no se ha encontrado explicación. Todos los afectados han sucumbido al poco de haberse inyectado la heroína en los músculos. Ante esta situación, los Gobiernos del Reino Unido e Irlanda han pedido ayuda a especialistas de Estados Unidos.

Sólo una cosa está clara por el momento. Tanto los 35 muertos como la treintena de enfermos mantenidos hoy en observación en Escocia habían empezado a inyectarse la heroína en los músculos del brazo o bajo la piel. La dificultad para encontrar una buena vena lleva en especial a las mujeres a preferir partes del cuerpo más fibrosas. Las úlceras purulentas que ello origina suelen ser tratadas con antibióticos por los médicos. Esta vez, sin embargo, la mayoría de las víctimas sufrió una septicemia mortal en pocas horas. En otros casos, el fallo generalizado de los órganos vitales precipitó el desenlace.La virulencia de esta infección ha forzado a ambos Gobiernos a pedirle a los toxicómanos que fumen la heroína aunque les resulte más caro porque cunde menos. "Hasta que demos con el agente infeccioso es mejor que eviten la jeringa. El mundo del drogadicto es secretista y poco dado a los cambios de hábitos; de modo que hay que convencerles de que no se inyecten", han señalado fuentes sanitarias británicas.

A la vista de que la cifra de fallecidos va en aumento, microbiólogos del Reino Unido e Irlanda han pedido ayuda a sus colegas del Centro para el Control y Prevención de las Enfermedades de Atlanta (Estados Unidos). Entre las posibles causas de la infección figura una bacteria de tipo anaeróbico (capaz de vivir sin oxígeno) similar a la causante del tétanos, la gangrena o el botulismo y que podría hallarse en la droga misma.

El ántrax, producido por un estafilococo que genera unos abscesos cutáneos como los observados en Glasgow y Dublín, fue descartado por el laboratorio de Porton Down, adscrito al Ministerio de Defensa, después de analizar muestras de sangre y tejidos de las víctimas.

"La infección no responde a los antibióticos y libera una toxina que pasa al torrente sanguíneo con gran rapidez. En cuanto ataca al hígado, corazón o pulmones, resulta imposible de dominar", ha señalado Laurence Gruer, especialista en salud pública de Glasgow. Lo que parece haberse descartado de momento es el efecto muscular del ácido cítrico, comúnmente usado para diluir la heroína.

Muchos de los toxicómanos mezclan la droga con esencias concentradas de limón para poder inyectarla. Como el ácido suprime el oxígeno, podrían haber favorecido la destrucción de los músculos que reciben los pinchazos. "Lo estamos analizando todo, pero el ácido no presenta signos de toxicidad. Lo más probable es que haya algo en la heroína misma", ha dicho Gruer.

La gravedad de la situación ha llevado a los responsables sanitarios británicos a pedir a los médicos de cabecera que notifiquen los casos de toxicómanos enfermos llegados a sus consultas para tratarles lo antes posible.

También menores

"Es una tragedia que afecta también a los menores. Sólo en Escocia, ocho de los muertos eran mujeres, algunas con hijos", ha advertido Andrew Horne, responsable en Escocia de la principal asociación benéfica especializada en la lucha contra las drogas.

Mientras los científicos trabajan a marchas forzadas para cortar el reguero de muertes, Jack Straw, titular del Ministerio del Interior, presentó ayer el proyecto de un nuevo centro nacional encargado de coordinar los tratamientos ofrecidos a los adictos.

Financiada por su propio ministerio y el de Sanidad, así como por las fundaciones locales de salud, dicho organismo proporcionará con prontitud ayuda médica a los que quieran dejar las drogas.

Según datos oficiales, el año pasado, 80 adictos que esperaban plaza para empezar el tratamiento cometieron en un solo mes 10.000 delitos. La urgencia del hábito y los pagos a los proveedores les llevaron a ello.

"Las listas de espera para estos centros varían demasiado según las regiones, y lo mejor es armonizarlas a través de una sola organización", opina el ministro.

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