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El BCE eleva al 4,25% el precio del dinero.

La autoridad monetaria sorprende a los mercados con una fuerte subida de medio punto para controlar los precios

El Banco Central Europeo (BCE), la autoridad monetaria de la zona euro, decidió ayer una contundente subida de medio punto en el precio oficial del dinero, hasta situarlo en el 4,25%. La medida causó sorpresa general, ya que no se esperaba un encarecimiento tan de golpe en los tipos de interés. Como mucho, se preveía un cuarto de punto.

El Banco Central Europeo (BCE), la autoridad monetaria de la zona euro, decidió ayer una contundente subida de medio punto en el precio oficial del dinero, hasta situarlo en el 4,25%. La medida causó sorpresa general, ya que no se esperaba un encarecimiento tan de golpe en los tipos de interés. Como mucho, se preveía un cuarto de punto. "El BCE nos tenía acostumbrados a subidas de un cuarto de punto", afirma Stefan Schnaider, economista jefe del Deutsche Bank para la zona euro. "Ha sido una sorpresa".Incluso en el seno del BCE, la decisión estuvo precedida de una "útil y prolongada discusión" entre sus miembros, como reconoció su responsable, Wim Duisenberg, en la conferencia de prensa posterior a la reunión del consejo.

Parte de la sorpresa ayer en los mercados financieros europeos se debió a que el euro se había apreciado en las últimas semanas y la inflación había vuelto ha situarse por debajo del límite del 2%, al tiempo que mejoraron las perspectivas económicas para la zona. Pero el BCE considera que persisten los riesgos inflacionistas y no descarta que se vuelva a superar el límite del 2%. "En los últimos meses", dijo Duisenberg, "los riesgos para la estabilidad de precios a medio plazo han continuado aumentando visiblemente". De lo contrario, explicó, "no se habría adoptado esta medida".

La reacción de los mercados de valores fue ayer tan diferente como lo son las circunstancias que acompañan a cada economía local. Los inversores han visto en esa medida un remedio para controlar la inflación o una amenaza para la recuperación económica y han actuado en consecuencia. "La decisión del BCE supera las expectativas", según Steve Andrew, analista de Merrill Lynch en Londres. "Es arriesgada, pero respresenta una buena medicina".

Buena medicina, pero no en igual medida para todos. Así, la Bolsa de Madrid fue la que mejor comportamiento registró ayer en la zona euro, al considerarse la medida beneficiosa para rebajar la inflación y poco agresiva para una economía que puede crecer al 4%. En Francia, sin problemas de inflación ni de crecimiento, se produjo una caída inicial en la Bolsa de París, pero al cierre se recuperó y ganaba el 0,39%, informa Rafael Vidal.

Italia y Alemania han tenido más problemas para digerir la subida de tipos y la Bolsa de Fráncfort bajaba el 0,52% poco antes del cierre de la sesión, mientras que la de Milán cedió un 0,53%. "La subida de ayer perjudica a los países que están creciendo menos, como Alemania", sostiene David Taguas, subdirector del servicio de estudios del BBVA, "pero esto es un problema inherente al sistema monetario que Europa ha elegido".

Impacto en el euro

La decisión tuvo un impacto inmediato en la moneda única. El comportamiento del euro fue eufórico en un primer momento, en el que saltó desde 0,9590 dólares a 0,9690, pero luego se impusieron las dudas sobre los efectos sobre el crecimiento económico del encarecimiento del precio del dinero (véase gráfico).

Al final, el cambio oficial del BCE fue de 0,9668 dólares por euro. En apenas tres horas, la cotización del euro cayó hasta 0,9520 dólares y a última hora de la tarde estaba en 0,9560, prácticamente el nivel del día anterior.

Duisenberg dejó claro que "el BCE no tiene objetivos de tipo de cambio", es decir, no persigue revalorizar la moneda. Eso no quita para que el máximo responsable de la política monetaria en la zona euro hiciese una nueva defensa de la divisa europea. Su cotización respecto del dólar, insistió, no refleja la buena salud de las economías del área.

Pero todo indica que el BCE quiere forzar la máquina hasta el punto de garantizar que esa nueva fase de crecimiento no va a generar tensiones inflacionistas. Por el momento, esa mejoría se ha producido pese a que desde noviembre del pasado año hasta ayer, el BCE ha aplicado ya cinco subidas de tipos, desde el 2,50% en aquella fecha.

Ha habido suficiente dinero y barato como para propulsar el consumo y lo que no quiere el BCE es que esto genere tensiones en los precios, ya que sigue latente la amenaza del petróleo. De hecho, la masa monetaria (dinero en circulación) ha aumentado un 6,5% en abril, cuando el objetivo del BCE es el 4,5%.

Dinero fácil

Duisenberg calificó ayer estas condiciones de liquidez de "muy generosas". Es decir que, pese a la subida de medio punto decidida ayer en los tipos de interés, el BCE considera que existe margen como para no estrangular las buenas perspectivas económicas para la zona euro con un encarecimiento de los créditos.

En esto, Duisenberg coincide con casi todos los expertos. "No habrá un parón en el crecimiento económico", afirma Ignacio Carnicero, de Anaslitas Financieros Internacionales (AFI). "Un 4,25% no es un nivel tan elevado como para frenar la economía".

La cuestión está en encontrar ese punto de equilibrio con la vista puesta en EE UU, cuya economía sigue su espectacular avance.

Para el conjunto de la zona euro, la previsión de crecimiento este año es del 3,5%, lo que permitiría un acortamiento del diferencial con EEUU. Según los expertos, éste es el origen de la debilidad del euro, pero la duda que ahora se abre es si el BCE cerrará aún más el grifo monetario. "La tendencia es a subir más los tipos", según Stefan Schnaider, economista jefe para la zona euro del Deutsche Bank. "Creo que el año puede acabar en el 5%".

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