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Los médicos de familia piden más competencias para la atención primaria

"El Instituto Catalán de la Salud tiene que reorganizarse y ceder la máxima capacidad de gestión a los equipos de atención primaria". Con estas palabras, Ramon Morera, presidente de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar (SCMFC), reivindicó ayer la necesidad de completar "el 25% de la reforma sanitaria que falta". Más de medio millar de médicos de familia participan en Sitges (Garraf) en el XV Congreso de Atención Primaria, que organiza la SCMFC y finaliza hoy. La culminación de la reforma sanitaria, a juicio de los médicos de familia, debe comportar que los facultativos tengan más capacidad resolutiva porque, aducen, gestionan los recursos de los pacientes y los recursos humanos de su equipo de atención primaria.

Desde que en 1996 el Departamento de Sanidad puso en marcha la reforma de la atención primaria, en Cataluña el 76% de los ambulatorios está reformado. Eso supone que el 73% de la población catalana es atendida en un centro actualizado. Sin embargo, el presidente de la SCMFC reconoció que en la mayoría de estos ambulatorios "aún queda algún médico que sólo trabaja dos horas". Antes de la reforma, cada médico tenía asignado un cupo de cartillas de la Seguridad Social, a cuyos enfermos atendía durante las dos horas que estaba en el ambulatorio. Con la reforma, que el Servicio Catalán de la Salud tiene previsto que acabe a finales del 2002, los médicos trabajan en equipos y en turnos de mañana y tarde, con una jornada laboral de seis horas seguidas.

"Una de las causas de la tardanza en la aplicación de la reforma en Barcelona, que es el lugar en el que está más retrasada, es que hay muchos profesionales a quienes no interesa la reforma; para ellos la atención primaria es una actividad complementaria", aseguró Morera, y añadió que el conjunto de la profesión reclama que las autoridades "busquen una solución para abordar el problema".

"Muchos médicos estaríamos dispuestos a trabajar más horas si hubiese una compensación salarial, ya que las seis horas se quedan cortas. Sería necesario trabajar incluso ocho horas", sentenció Morera, quien aseguró que la reforma ha sido considerada "positiva" por los médicos. "Es una mejora indiscutible en todos los sentidos", precisó.

La diferencia entre un ambulatorio reformado y uno no reformado radica en la ampliación de servicios y prestaciones, la existencia de un equipo pluridisciplinario, la historia clínica de la que dispone cada enfermo y el mayor tiempo de atención.

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