Juicio por la caída mortal de una anciana de la cama de un hospital
Un médico y dos enfermeras del hospital Sant Jaume de Calella fueron juzgados ayer en la Audiencia de Barcelona por la muerte de una paciente de 85 años que se cayó de la cama y sufrió un traumatismo craneoencefálico que le produjo la muerte. El fiscal les acusa de un delito de homicidio por imprudencia grave y solicita penas de un año de cárcel y tres de inhabilitación. En su opinión, los acusados no sometieron a la anciana a ningún tratamiento hasta ocho horas después de la caída, cuando un médico distinto ordenó su traslado a otro centro, donde falleció al día siguiente. Los hechos sucedieron el 30 de agosto de 1994, cuando Antonia S. M., de 85 años, ingresó en el hospital Sant Jaume con una herida sufrida en un pequeño accidente de circulación. El médico acusado, Luis Bueno, ordenó su ingreso para someterla a observación debido su edad y la diabetes que padecía. Según la fiscal, sobre la media noche, la anciana presentó un estado de nerviosismo, agitación y desorientación, por lo que el médico ordenó a una de las enfermeras acusadas que le administrara un tranquilizante. Pasadas las cinco de la madrugada, la anciana se precipitó accidentalmente de la cama al suelo, "al no encontrarse debidamente acomodada con las medidas de sujeción y protección correspondientes", y sufrió un fuerte golpe en la cabeza.
La fiscal añade que el médico "dejó de prever lo que era previsible", como eran problemas neurológicos tras el golpe en la cabeza. A su juicio, tampoco las enfermeras acusadas, Montserrat Huix y Magali Urrea, encargadas de cuidar a la paciente, prestaron la "debida atención". Los acusados defendieron su actuación ante el tribunal.
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