Visitantes de urnas en México
El PRI considera una injerencia la figura del observador extranjero, pero acepta la del 'visitante'
Los observadores internacionales dispondrán de una página web, preparada por la ONU, para seguir las disputadas presidenciales mexicanas del 2 de julio. Una historia de apaños oficiales, y la victoria de Carlos Salinas de Gortari y del gubernamental Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las elecciones de 1988, denunciadas como fraudulentas por el candidato perdedor, Cuauhtémoc Cárdenas, hoy abanderado del Partido de la Revolución Democrática (PRD), centroizquierda, colocaron a México en el punto de mira de los observadores internacionales, y forzaron acuerdos de observación.La página del programa de Naciones Unidas de Apoyo a la Observación Electoral y a la Coordinación de Visitantes Extranjeros, tiene como objetivo mantener informados a los observadores extranjeros antes de su viaje a México, que suele ocurrir entre los cinco y ocho días previos a la jornada electoral.
"Pensamos en una página web, en español e inglés, de fácil acceso [eleccionesmexico.un.org.mx] para facilitar su trabajo. Esto les permite tener información antes de salir del país de origen. Es la primera vez que hacemos esto", indica el colombiano Carlos Valenzuela, coordinador de la misión de Visitantes Extranjeros de la Organización de Naciones Unidas.
Nacionalista y celoso el PRI de la intervención exterior, pese a los motivos dados tiempo atrás para hacerla necesaria, la figura de "observador extranjero" no existe en este país. Es considerada una injerencia en los asuntos internos, y, por ello, fue sustituida por otra menos incómoda: la del visitante extranjero.
La figura de la observación electoral no existió en México hasta el año 1994, y fue concedida únicamente a ciudadanos mexicanos. Pero la presión internacional fue tanta después de las denuncias de tongo contra Cuauhtémoc Cárdenas, y las sospechas de que podía repetirse otra vez, que finalmente se logró consensuar el término sui generis de visitante extranjero.
Su número fue de cerca de 900 en las presidenciales de 1994 ganadas por el priísta Ernesto Zedillo, y aproximadamente de 350 en las elecciones legislativas de 1997. En estas presidenciales del 2 de julio, las más disputadas de la historia mexicana, que incluyen cautelas nacionales antes inexistentes, ese cuerpo de inspectores puede llegar a los 500, según las fuentes consultadas. Todos tienen una estrecha relación con colectivos mexicanos de observación, o con partidos políticos, de los que los observadores suelen ser invitados y cuya logística aprovechan.
José Woldenberg, director del Instituto Federal Electoral (IFE), la organización nacional autónoma que vigila el proceso, exhortó a sus delegados en todo el país a demostrar al mundo con su trabajo que México ha ingresado en la modernidad política, en la dinámica de la limpieza electoral.
Todos los partidos que compiten por la presidencia de la República, los 125 escaños del Senado y los 500 diputados federales, han aceptado la mediación del IFE como un organismo autónomo fiable. El instituto se encarga de la capacitación de 2.076.547 personas para atender el funcionamiento de los 113.703 colegios electorales repartidos por todo el país.
"La página contendrá diferente tipo de información. Un poco sobre la figura del visitante extranjero, la información básica del IFE, pero queremos promover un poco la discusión sobre principios y metodologías de observación electoral", agrega Carlos Valenzuela. "También habrá una sección que presentará artículos de corte académico sobre el sistema político mexicano, y tratamos de hacer una perspectiva del tratamiento de la prensa extranjera".
Los candidatos a las presidenciales mexicanas disparan munición de grueso calibre en las últimas cuatro semanas de esta campaña electoral. El candidato conservador a la presidencia de México, Vicente Fox, lanzó un mensaje el martes en el advertía de que una nueva victoria del Partido Revolucionario Institucional, que gobierna México desde 1929, puede conducir a una paralización de las instituciones del país y desencadenar "frustración y violencia extranjera"
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