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Tribuna:EUFORIA EN LA ECONOMÍA MUNDIAL
Tribuna
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Crecimiento limpio

Emilio Ontiveros

Los datos que ayer hizo públicos la Oficina Federal de Estadística alemana sobre el crecimiento de esa economía dejan lugar a pocas dudas sobre su carácter favorable. El crecimiento del PIB en el primer trimestre, en un 0,7%, eleva la correspondiente tasa interanual hasta el 3,3% (la más elevada desde el primer trimestre de 1998), desde el 2,3% del último trimestre del año anterior. Esa confirmación de que la principal economía del área euro está en la senda de la expansión incorpora como elemento más positivo la composición de ese crecimiento, avalando su sostenibilidad en el futuro próximo.Han sido la inversión privada en conjunción con las exportaciones los principales factores de esa dinamización: la primera con incrementos interanuales superiores al 8%, frente al modesto 3% del trimestre precedente, y las ventas al exterior haciéndolo por encima del 15%, frente al 9% anterior. Si esta última puede ser clara beneficiaria de la intensa depreciación del euro frente a las principales monedas, la expansión de las inversiones empresariales, superior a la generalidad de las previsiones, contribuye a garantizar esa virtuosa coexistencia entre el crecimiento de la economía y la estabilidad de los precios que hoy exhibe ese país. A ello no debe ser ajena la única sombra que podría proyectarse sobre ese panorama, el relativo debilitamiento del consumo privado (creciendo al 0,9% frente al 2,2% anterior), en la medida en que fuera expresivo de un insuficiente o, más probable, tardío asentamiento de la confianza de las familias.

Un cuadro en gran medida confirmado por las correspondientes estimaciones del Bundesbank y que otorga virtualidad a las favorables previsiones que también ayer avanzaba la OCDE en la versión preliminar de su Economic Outlook. El conjunto de sus miembros, los países ricos, registrará este año el ritmo más intenso de la última década, 4%, una tasa similar a la que experimentará el conjunto de la economía mundial, y la del área euro no bajará del 3,5%, compatible con una tasa de inflación del 1,5%, significativamente inferior al promedio de la OCDE. De la consecuente reducción del desempleo será también el área euro la más beneficiada en este año y el próximo.

Sobre unas perspectivas tales, las más favorables desde finales de los ochenta, es razonable asumir la reducción de las cuantiosas exportaciones de capital a largo plazo realizadas por los Once, el gradual desplazamiento de la atención de los inversores hacia los activos financieros denominados en euros y, con ello, la proximidad del fin de esa tendencia depreciadora que ha definido la moneda única europea desde su nacimiento. Eso sería así aun cuando tuviera lugar ese endurecimiento monetario adicional que la OCDE recomienda a las autoridades monetarias de ambos lados del Atlántico, más severo, lógicamente, para quien ha alcanzado la fase expansiva más longeva de su historia.

Que no se tuerza esa senda de crecimiento sano en el área euro va a depender no sólo de la habilidad de su banco central en la dosificación de esas tensiones en los tipos de interés, sino en mayor medida de la concreción de los propósitos de reforma enunciados repetidamente por los responsables económicos nacionales.

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