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La economía de España crecerá más que la de sus socios europeos

Con un incremento del producto interior bruto (PIB) del 4,3%, (frente al 3,7% inicialmente previsto), en el presente año y del 3,9% en 2001, España continúa y continuará creciendo a un ritmo superior al de las potencias de la Unión Europea. Así lo afirma el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que, no obstante, advierte de los riesgos de recalentamiento económico. Para evitarlos recomienda aplicar una política presupuestaria restrictiva; reformas para reforzar la competencia y más flexibilidad sobre protección del empleo.

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A expensas de la evolución del precio del petróleo, la inflación en España, según la OCDE, seguirá siendo elevada: el 3,1% en 2000 y el 2,75% el año próximo, pero el paro descenderá drásticamente, si bien de forma más lenta que en el período precedente. El déficit público, por su parte, se colocará este año en el 0,5% del PIB. El porcentaje de desempleados españoles bajará al 14,1% al final del presente año y acabará en el siguiente por debajo de la barrera del 13% (el 12,9%, exactamente).

En sus previsiones para España, la OCDE prevé un aumento significativo de las exportaciones, en torno al 4%, lo que permitirá compensar la ligera deceleración que la demanda interna española experimentó en 1999. La depreciación del euro y el despegue económico de la Unión Europea, concluye el organismo, deben potenciar la exportación y asegurar un elevado crecimiento, pese al dinamismo que siguen mostrando las importaciones.

En el presente, y gracias al favorable contexto económico, plasmado fundamentalmente en el aumento de los ingresos fiscales, el déficit presupuestario del conjunto de las administraciones públicas españolas ha caído, según la OCDE, al 1,1% del PIB, muy debajo del objetivo inicialmente marcado del 1,8%.

El panorama español sigue presentándose, pues, francamente bueno, aunque la OCDE continúa insistiendo en la necesidad de mantener la disciplina presupuestaria para evitar el riesgo, siempre latente en la economía española, de la explosión inflacionista.

Fiel a su filosofía, la OCDE aconseja flexibilizar la legislación que protege el empleo y "reformar el proceso de las negociaciones salariales", de manera que se tenga más en cuenta la evolución de la productividad y se supriman los ajustes salariales automáticos que se efectúan en función de la inflación. De cara a reforzar la competencia y reducir la inflación subyacente, propugna, asimismo, reformar los mercados de productos.

Tras destacar que el diferencial de inflación español respecto a sus vecinos de la zona euro viene a ser de un punto y admitir que los aumentos salariales han sido muy moderados -de hecho, no aumentaron prácticamente en términos reales durante 1999- la OCDE llama la atención sobre la "aceleración salarial" que observa en los últimos acuerdos.

Salarios reales

"Los salarios reales", dice, "deben destinarse a la mejora de la productividad laboral", porque, añade, "el riesgo principal es la evolución de los precios y los costos" y "un aumento de los salarios podría llevar a una pérdida de la competitividad".

Pese a la mejora de las pensiones, inducida por la contención de la inflación, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos contempla un presupuesto neutro para el presente ejercicio 2000.

A juicio de los expertos de este organismo, los recientes aumentos de los tipos de interés no amenazan unas condiciones monetarias que considera adecuadas a la posición "coyunturalmente avanzada de la economía española". Sostienen, igualmente, que las políticas macroeconómicas aplicadas encajan bien en "una economía que crece a un ritmo superior al de su potencial y con un elevado índice de utilización de sus capacidades".

La OCDE considera "probable", que el crecimiento de la demanda interna alcance en España el 4%. Dado el "elevado nivel de confianza de los consumidores", una demanda más vigorosa entrañaría, automáticamente, en su opinión, el riesgo de "calentamiento" de la economía española.

Una vez conocido el informe de la OCDE, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, lo calificó de "muy positivo". "Invita" dijo, a revisar las previsiones macroeconómicas, lo que podría realizarse "en las próximas semanas". Por su parte, la portavoz de Economía del Grupo Popular en el Congreso, Elena Pisonero, expresó su satisfacción por las previsiones que adelanta para la economía española.

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