Aznar asume que habrá subvenciones para las comunidades más pobres

El Gobierno introducirá elementos correctores en el nuevo modelo de financiación autonómica para evitar el aumento de los desequilibrios territoriales. Así se lo manifestó ayer el jefe del Gobierno, José María Aznar, al presidente de la Comunidad Valenciana, Eduardo Zaplana, en el encuentro que mantuvieron en La Moncloa. De este modo salió al paso de los temores del PSOE a que el nuevo modelo de autosuficiencia financiera que defiende el Gobierno beneficie más a las comunidades autónomas más ricas y perjudique a las más pobres.

Zaplana, que mantuvo una reunión de hora y cuarto con Aznar, dentro de la ronda de presidentes autonómicos que ha abierto La Moncloa, se presentó ante los periodistas en Madrid como el autor del modelo de financiación autonómica que puede servir para lograr el consenso entre todas las comunidades tras muchos años de discrepancias.Ayer recordó que, tras sus múltiples encuentros con presidentes autonómicos del PSOE, del PP y nacionalistas como Jordi Pujol, había sacado la conclusión de que ninguno de ellos ha rechazado su modelo de financiación, dado a conocer hace un año. Un sistema, según repasó ayer, basado en la cesión a las comunidades autónomas de los impuestos especiales, un porcentaje del IVA y un aumento del IRPF. Zaplana ratificó, tras su entrevista con Aznar, que este modelo servirá de "punto de partida" para la negociación entre las comunidades autónomas y el Gobierno central que se iniciará tras las vacaciones de verano.

Tanto Aznar como Zaplana mostraron su interés en no quebrar ese "punto de partida". El presidente valenciano salió enseguida al paso de los temores socialistas por el anuncio del Gobierno de que desaparecerán las subvenciones a las comunidades autónomas una vez que, con el nuevo sistema, consigan un importante volumen de ingresos con la cesión de los impuestos especiales. "El nuevo modelo dispondrá de mecanismos de solidaridad que impidan el desequilibrio territorial", aseguró Zaplana, quien dejó abierta su concreción a la futura negociación. "No hay una posición cerrada y rígida", señaló, a su vez, el portavoz del Ejecutivo, Pio Cabanillas, en referencia a la misma cuestión.