El consejero de Cultura anima a libreros y editores a llegar a un consenso sobre la Feria del Libro

La 24ª Feria del Libro de Barcelona arrancó ayer en el paseo de Gràcia sin la concurrencia del Gremio de Libreros, que este año no ha querido participar en la organización por discrepancias con el modelo del evento, a su juicio más comercial que literario. El consejero de Cultura, Jordi Vilajoana, aprovechó la inauguración para invitar a libreros y editores a que dialoguen y lleguen a un consenso sobre una feria que sea del gusto de todo el sector, incluidos escritores y lectores. Un pregón del escritor Sergi Pàmies dio el pistoletazo de salida a la feria.

Vilajoana destacó la buena posición que el sector editorial catalán ocupa en el mercado español y aseguró que es muy importante afianzar "tanto una industria editora fuerte como un buen sistema de distribución". En el mismo acto, el consejero se manifestó a favor del precio fijo de los libros, ya que es la forma, en su opinión, de conseguir "la máxima difusión, calidad y variedad de la oferta de libros y mantener una red de librerías enraízadas en el territorio". A este respecto, el presidente del Gremio de Editores de Cataluña, Jordi Úbeda, se reafirmó en "la defensa del precio fijo o único del libro".Por su parte, el alcalde de Barcelona, Joan Clos, habló de la buena salud del libro en catalán e hizo un llamamiento a no olvidar el fomento de la edición de libros en castellano. En este sentido, el alcalde hizo votos para que Barcelona continúe "capitalizando la edición de libros en castellano" y recordó que en esta ciudad están situadas algunas de las editoriales más importantes en dicha lengua. Clos, que fue abucheado al entrar en La Pedrera por un grupo de bomberos que reclaman la supresión de sus sanciones, deseó, con humor, para la feria "que no tenga un concierto de pitos como el que hemos tenido en la entrada".

Sergi Pàmies leyó un pregón escrito con su habitual tono irónico en el que no olvidó ninguna de las polémicas que han rodeado la feria en ediciones anteriores, y también en la presente. Tampoco omitió los asuntos más candentes de la actualidad. Así, hizo un divertido paralelismo entre la feria y el desfile de las Fuerzas Armadas de mañana. En la feria, dijo, "los que desfilarán serán los lectores", a quienes, añadió, "ojalá los cuidáramos tanto como se cuidan los ejércitos". También se refirió al programa televisivo Gran hermano para recordar que los concursantes del mismo están privados "de tres de los elementos de civilización más importantes: los libros, la televisión y la radio", y bromear seguidamente al respecto sobre el comportamiento de los participantes: "En el caso de los libros, no manifiestan ningún síndrome de abstinencia".

En cuanto al espacio elegido para instalar la feria, el escritor opinó que de todos los escenarios que ha tenido, "el paseo de Gràcia es probablemente el menos malo". Con relación a la polémica ausencia de los libreros, Pàmies aseguró que comparte la opinión de éstos a propósito de que "la feria no debería convertirse en una manifestación puramente comercial".

Este año, la feria, que se prolongará hasta el 4 de junio, comprende 107 casetas, ocupadas por 59 expositores. Los organizadores esperan conseguir una facturación total entre 100 y 125 millones de pesetas.

La feria incluye actividades paralelas, como el ciclo de conferencias L'autor a la fira, en el que participarán los escritores Jostein Gaarder (29 de mayo), Noah Gordon (30 de mayo) y Rosa Regàs (31 de mayo), y que se celebrará en el hotel Comtes de Barcelona en las mencionadas fechas, siempre a las 19.00 horas. Actuará de moderador Ignasi Riera.