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La Guardia Civil ya busca el origen del vertido que disparó la alarma de ozono

Vicente G. Olaya

El Servicio de Protección a la Naturalez de la Guardia Civil (Seprona) busca la industria que supuestamente vertió al aire el compuesto químico que cubrió el sur y sureste de la región la noche del 27 al 28 de abril. Las pesquisas de los agentes, tras darse a conocer el pasado jueves el informe de un comité de expertos que analizó esta contaminación, se centran ahora en una veintena de empresas de las que pudo partir la nube tóxica que detectaron las estaciones medidoras de ozono de la Comunidad y del Ayuntamiento de Madrid. Estas redes confundieron el compuesto químico del que habla el informe de los expertos con el ozono troposférico. De hecho, los medidores registraron hasta cuatro veces más del nivel de ozono a partir del cual se decreta la situación de alarma.

Máxima cautela

La Guardia Civil guarda máxima cautela sobre sus pesquisas y sólo manifiesta que está "realizando inspecciones", sin querer identificar la zona donde las lleva a cabo. No obstante, el citado estudio de los expertos apuntaba a una industria del sur o sureste de Madrid como posible origen de la contaminación.

El trabajo de los agentes del Seprona es sumamente complicado porque los técnicos que realizaron el estudio no fueron capaces de determinar las características exactas del "compuesto" contaminante. Sólo determinaron que no podía ser ni un hidrocarburo, ni ozono, porque no se notó ningún tipo de efecto sobre la salud de las miles de personas que viven en el sur de la región.

Si se hubiera tratado de ozono (gas considerado tóxico en altas concentraciones), cientos de niños, ancianos o asmáticos habrían acudido a los centros sanitarios con síntomas de problemas respiratorios. Según la Comunidad de Madrid, no hubo ni una sola incidencia sanitaria por esta causa en los hospitales y centros de salud de la región

El nivel de alarma por ozono a la población se sitúa en 360 microgramos por metro cúbico de aire. En Fuenlabrada se llegaron a registrar hasta 1.133 microgramos.

Los expertos pidieron en su estudio que la Comunidad "recabe y analice la información sobre las diferentes plantas industriales" que pudieron provocar la contaminación y que estudiase si sus vertidos "pueden ser interferentes en los analizadores de ozono". Ahora, los agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil se han puesto a buscarlos.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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