Un libro repasa la trayectoria vital y artística de Federico Sopeña

Músico, sacerdote, intelectual, maestro y amigo. Así definieron ayer a Federico Sopeña (Valladolid, 1917-Madrid, 1991) en la Real Academia de Bellas Artes, al conmemorarse el noveno aniversario de su fallecimiento con la presentación de un libro de homenaje. Un total de 70 amigos, discípulos y estudiosos de su obra han participado en Federico Sopeña y la España de su tiempo: 1939-1991, editado por la Fundación Isaac Albéniz con la colaboración de numerosas instituciones, tanto públicas como privadas. La edición de lujo y numerada que ya está a la venta tendrá una versión más popular en una colección de Biblioteca Nueva.Ante un auditorio de cerca de un centenar de personas, el director de la Real Academia de Bellas Artes, Ramón González de Amezúa, subrayó que "después de la muerte seguimos existiendo en el recuerdo de nuestros amigos y familiares". "De este modo", agregó, "la memoria de Federico Sopeña persistirá en las generaciones futuras". Por su parte, Paloma O'Shea, presidenta de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, resaltó que los homenajes celebrados y la edición del libro pretenden "arrancar a Federico Sopeña de las garras del olvido". De inmenso amor a la cultura habló Fernando Checa, actual director del Museo del Prado, al referirse al paso de Sopeña por la responsabilidad de la primera pinacoteca española. "Su dirección fue breve, pero intensa", apostilló Checa.

Con la presencia entre el público de la soprano Teresa Berganza, del ex director general de la Unesco Federico Mayor Zaragoza, o del director del Inaem, Andrés Amorós, la presentación del libro incidió en el testimonio no sólo sobre la trayectoria vital y artística de Sopeña, sino también sobre la España del franquismo y de la transición. Con una biografía dedicada sobre todo al sacerdocio y a la música, Federico Sopeña ocupó, entre otros cargos, la Comisaría General de Música en 1971, la dirección del Museo del Prado en 1981 y la de la Real Academia de Bellas Artes en 1988. Ya en el final de su vida fue presidente de la Escuela Superior de Música Reina Sofía.