_
_
_
_
EL PERFIL

El entrenador y la ciencia nueva

El primer miembro del Gobierno andaluz que preside una consejería que vincula el empleo con el desarrollo tecnológico fue durante cerca de diez años un apreciable entrenador de fútbol, no maneja Internet y siente un respeto religioso hacia los ordenadores. Como le dirían a Jack Lemmon, nadie es perfecto. Pero deben ser otras las virtudes que han convencido a Manuel Chaves para incorporar a su Gobierno a José Antonio Viera Chacón, un sevillano nacido hace 54 años en Villamanrique de la Condesa, en la comarca del Aljarafe, casado en segundas nupcias y padre de tres hijos, amigo del campo y de la caza, que ha ocupado diversos cargos en la Consejería de Educación y que revalidó su eficacia hace dos años como representante de la Junta de Andalucía en las actuaciones tras el vertido tóxico de Aznalcóllar.Viera, hijo de guardia civil, ingresó en el PSOE en 1981 y cuatro años después tuvo sus primeras responsabilidades en la Consejería de Educación, entre ellas la de delegado en Sevilla. Políticamente ha sido, y es, un hombre cercano al actual portavoz socialista en el Parlamento andaluz, José Caballos, hasta el punto de que su designación como consejero fue atribuida a una intervención personal de su valedor. Él lo niega, pero Caballos aún le agradece la fidelidad que le mostró en los tiempos más difíciles, a mediados de los ochenta, cuando un golpe de mano aupó a la dirección del partido en Sevilla a Alfonso Guerra e impuso lo que en la jerga política se conoce como el alfonsato.

Pero antes de emprender su carrera política, y en algunos casos durante ella, Viera fue dos cosas importantes: maestro de educación especial en diversos pueblos de la provincia de Sevilla y entrenador de fútbol. No se sabe cuál de las dos inclinaciones ha podido más en su vida, pues siendo maestro tomó la decisión de pedir la excedencia para triunfar en el deporte. Viera, antes de dedicarse profesionalmente al fútbol, había entrenado a equipos de escasa relevancia, como el de San José de la Rinconada, pero cuando logró el título nacional de entrenador decidió que allí estaba su futuro.

Entrenó, entre otros, al Coria, la población donde ahora reside y cantera histórica del Sevilla, al Linares, al Algeciras y aupó al primer grupo de la Segunda División al Jerez. Fue su gesta más memorable.

Pero el mérito que destacaron los críticos deportivos cuando Viera dijo adiós es que, en el voluble mundo de los entrenadores de fútbol, jamás fue despedido antes de tiempo a causa de resultados adversos.

La política le sirvió para amortiguar la desazón que le produjo la retirada. Además de delegado y jefe del servicio de coordinación de Educación en Sevilla, Viera ha sido delegado de Gobernación en la capital andaluza lo que significa ser responsable de la plaza de la Maestranza. En el partido Viera ha permanecido fiel a Caballos y ha tenido diferentes puestos de responsabilidad en la ejecutiva provincial.

En eso estaba cuando llegó el nefasto mes de abril de 1998. La balsa de Aznalcóllar se rompió y toneladas de líquidos corrosivos contaminaron el cauce del Guadiamar. Viera, delegado de Gobernación, se subió en el primer helicóptero y vio consternado desde el aire el terrible desastre. Algo había que hacer y rápido. La magnitud forzó a la Administración central y a la Junta de Andalucía a olvidar las querellas y a colaborar en la limpieza y recuperación del espacio contaminado. Manuel Chaves eligió a Viera para representar al Gobierno autónomo en aquella amarga aventura. Junto con el ex ministro de UCD Manuel Pérez Millares, designado por el Ejecutivo de la nación, Viera ha dedicado dos años a ordenar el frenético caos que dejó a su paso la riada, a contener a ciertos alcaldes revoltosos, como los de Sanlúcar la Mayor y Trebujena, y a aplicar como norma incontestable lo que dijeran los expertos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

La figura del experto, aunque relativamente nueva en la política española, tiene indudables ventajas sobre otras más comprometidas, como la de asesor de libre designación. El experto opina desde su experiencia neutral y el político aplica sus recomendaciones. Si algo falla no es atribuible al político, sino al cálculo científico. De hecho Viera, después de bregar con los expertos en venenos, está decidido a contar con nuevos equipos que lo orienten en los misterios de las nuevas tecnologías. Viera reconoce que no domina la segunda parte de su departamento, pero advierte que es un hueco comprensible.

No es el único: entre sus delegados en provincias figura incluso un trompetistas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_