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SERAFÍN CASTELLANOSANIDAD

Un fiel peón de Zaplana

Serafín Castellano, licenciado en Derecho, se afilió muy joven a las Nuevas Generaciones del PP. Desde entonces no ha dejado de ascender. Su tenacidad -hasta sus más acérrimos detractores le reconocen su capacidad de trabajo- y su indiscutible fidelidad a Zaplana -apostó ciegamente por el liderazgo del ahora presidente de la Generalitat cuando éste aún no se había consolidado- le han llevado a la élite de la política valenciana. Diputado en las Cortes Valencianas a partir de 1991, desde entonces no ha hecho más que ascender: gerente del Partido Popular, alcalde de Benissanó, vicesecretario general del partido, portavoz adjunto del Grupo Popular y presidente de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias. Ahora está llamado a ser el próximo presidente provincial del PP en Valencia. Su gran oportunidad le llegó con su nombramiento como consejero de Justicia y Administraciones Públicas en julio de 1999. Recibido con cautela por su desconocimiento de un mundo con profundos problemas, su gestión, a pesar de su brevedad, ha tenido más sombras que luces. La nueva Ley del Menor, a aplicar con la entrada del año próximo, será papel mojado por la falta de los fiscales necesarios y la inexistencia de las infraestructuras adecuadas. Además, su mandato ha estado caracterizado por la conflictividad a cuatro niveles: con jueces, procuradores, médicos forenses y funcionarios.

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