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Toledo renuncia a la segunda vuelta de las presidenciales peruanas por falta de garantías

Si la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Perú fue convulsa, la segunda ronda puede no llegar a celebrarse. Ayer, la Organización de Estados Americanos (OEA) pidió que se retrase la cita electoral, ya que, de celebrarse en la fecha prevista, el 28 de mayo, no será válida, ni creíble. Ya en la madrugada de hoy española, era el candidato opositor, Alejandro Toledo, el que anunciaba que él "no participará" en la votación del 28. El actual presidente, Alberto Fujimori, no ve motivos para retrasar los comicios y cree que su contrincante en las urnas, Toledo, sólo quiere ganar tiempo.

La OEA instó a Perú 2000, la organización de Fujimori, y a Perú Posible, de Toledo, a buscar una vía jurídico-política para que se aplace la fecha de la segunda ronda y permitir así los cambios necesarios que garanticen la transparencia del proceso ya que, según los observadores, persisten las irregularidades detectadas en la primera ronda. En esa misma línea, Perú Posible presentó ayer ante el Jurado Nacional de Elecciones una petición para que se atrase la segunda vuelta hasta el próximo 18 de junio. Petición que, en la madrugada de hoy, ha sido denegada.Al no lograr ese aplazamiento, la postura política de Toledo es clara: "No vamos a participar en ningún proceso político mientras subsista el andamiaje fraudulento". Lo dejó claro en la madrugada de hoy, en una brevísima y esperada declaración ante la prensa.

Mientras, Fujimori era entrevistado por la emisora de radio española Onda Cero. "No hemos visto ningún elemento que pueda esgrimirse para ese cambio de fecha", decía el presidente peruano, quien, tras comentar que el fraude "siempre ha sido utilizado en todas las elecciones", no consideró "como graves" las irregularidades registradas en la primera vuelta.

No opina igual la misión de observadores de la OEA, que ayer emitió un severo comunicado en el que cuestionó las condiciones para la segunda vuelta. La OEA se muestra "profundamente preocupada" por "los signos persistentes de inconsistencias y falta de claridad, que parecen replicar la situación incierta de la primera vuelta".

A diez días de la segunda vuelta electoral que debe definir si el actual presidente, Alberto Fujimori, o Alejandro Toledo gobiernan Perú durante los próximos cinco años, la OEA pide un acuerdo para postergar la fecha de la segunda vuelta. Asimismo, la misión señaló que hasta el próximo lunes analizará las respuestas y propuestas que se ofrezcan para garantizar unas elecciones transparentes. De persistir las condiciones actuales "no podrá avalar el proceso electoral en su conjunto", decisión que será hecha pública el próximo 22 de mayo.

Misión engañada

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Eduardo Stein, jefe de la misión de observadores, parece haber llegado a su límete de tolerancia. La misión se ha sentido "engañada", dijo uno de los asesores de Stein. "Un ejemplo: hemos estado trabajando durante 15 días intentando corregir el sistema de cómputo de la Oficina Nacional de Procesos Electorales [ONPE] y, recién ahora, se nos dice que tienen un nuevo sistema informático que ni siquiera pasó la primera prueba a la que fue sometido". Representantes de la ONPE, por su parte, sostienen que actuaron con la mejor intención y que desarrollaron un nuevo sistema porque el anterior no funcionaba.

El ex canciller y candidato a vicepresidente por Perú 2000, Francisco Tudela, en respuesta al comunicado de la OEA, sostuvo ayer que "los observadores no tienen la capacidad de avalar o no el proceso electoral", ignorando que la OEA es absolutamente autónoma para decidir si sigue con la observación. Así las cosas, y si finalmente se confirma legalmente la renuncia de Toledo, el país podría enfrentar una serie de sanciones. De acuerdo a la resolución 1.080 de la OEA de 1991, sobre defensa de la democracia en el continente, el secretario general de la organización podría convocar al Consejo Permanente para que, a su vez, éste resuelva la conformación de una reunión de cancilleres para analizar el asunto y tomar las decisiones políticas que consideren pertinentes. Sanciones económicas a Perú, por ejemplo.

La estrategia del Gobierno de Alberto Fujimori de intentar sacar los máximos beneficios de la confusión y la ambigüedad, al parecer, se podría volver en contra suya.

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