El poder de las madres
Se podía palpar la energía emanada de los cientos de miles de manifestantes que se reunieron en Washington para exigir más medidas de control de armas, así como en el resto de manifestaciones que tuvieron lugar en diversos lugares del país. (...) Existe la esperanza cierta de que la semilla plantada con esta manifestación florezca en un movimiento que pueda cambiar la dinámica de la controversia nacional sobre el control efectivo de la tenencia de armas. Esta posibilidad provoca el pánico a la Asociación Nacional del Rifle, que ya ha intentado neutralizar de antemano el impacto de esta marcha con una campaña de publicidad negativa en la prensa y medios audiovisuales sobre este acontecimiento y, paralelamente, un ofrecimiento para enseñar a manejar con seguridad las armas a los niños en las escuelas de todo Estados Unidos. (...)No está claro cómo va a evolucionar políticamente el problema del control de armas. Las madres que se han movilizado en esta manifestación muestran un contrapunto con los hombres, que, según una reciente encuesta, son más proclives a aceptar los derechos de los poseedores de armas, frente a las mujeres, más proclives a las restricciones de su uso. El reto que tienen que afrontar las manifestantes será convertir este acontecimiento en un movimiento político sostenido en el tiempo, (...) lo que representaría un punto de inflexión en la controversia nacional sobre el control de armas. Las manos que mecen las cunas del país tienen la capacidad de sacudir sus instituciones políticas, pero esto sólo ocurrirá si siguen dando duro.
Nueva York, 15 de marzo
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.