Discordia escolar en la Villa Olímpica
Es tiempo de matriculaciones escolares. Para los niños del primer curso de Educación Infantil (P3), será la primera vez que pisen las aulas. La asignación de plazas para el primer curso en las escuelas públicas en el barrio de la Villa Olímpica de Barcelona enfrenta a padres, colegios y al Departamento de Enseñanza. El problema surge porque la inmensa mayoría de los padres quieren que sus hijos vayan al centro Vila Olímpica o al Bogatell. No aceptan, en cambio, la escuela Antoni Brusi ni la de la Mar Bella, ubicada en el vecino Poblenou.Algunas familias del barrio, construido para los Juegos Olímpicos, afirman que sus hijos no han sido admitidos en los colegios públicos de la zona por falta de plazas. Los colegios, en cambio, aseguran que la Administración garantiza que todos los niños tienen plaza.
En la zona de matriculación de la Villa Olímpica hay tres escuelas públicas: Antoni Brusi, Bogatell y Vila Olímpica. Cada una tiene dos grupos y suman en total 150 plazas para los niños de tres años.
La mayoría de los niños, 81, quieren ir a la escuela Vila Olímpica, y sólo 19 a la Antoni Brusi. La demanda dentro del barrio para el próximo curso 2000-2001 ha sido de 164 plazas, lo que supone superar en 14 niños la oferta. Estos niños tienen matrícula en el colegio Mar Bella, donde hay plazas escolares de P3 vacantes.
Los padres de los niños que no han sido aceptados en la escuela solicitada no se han quedado con los brazos cruzados. Han creado una asociación, integrada por unas 70 familias, y han presentado un recurso en la Delegación Territorial de Barcelona contra las asignaciones de plaza de sus hijos. Los padres han manifestado su intención de no matricular a sus hijos en ningún centro hasta que se les ofrezca una solución satisfactoria. Alegan la vulneración del principio de elección de centro escolar y el criterio de proximidad de domicilio, porque sus hijos tendrán que ir a barrios vecinos. Estas familias consideran que las escuelas Antoni Brusi y la Mar Bella quedan lejos o fuera del barrio. Además aportan 6.000 firmas de apoyo a su petición: la construcción de una nueva escuela y la ampliación de plazas para el próximo curso.
Arantxa Ávalos y Antonio Fernández forman parte del colectivo y viven en la Villa Olímpica desde 1995. El año que viene su hijo tendrá edad para ir al colegio. Ávalos explica que la alta tasa de natalidad en la Villa Olímpica hace necesaria una escuela pública más. "Cada año se quedan fuera muchos niños. Mi hijo tiene una plaza fuera del barrio, en el colegio Mar Bella de la Rambla de Poblenou, lo que supone coger el autobús y que no pueda comer en casa. Eso supone un gasto adicional y los niños no establecen relaciones en su barrio." "No deseamos la dispersión, no queremos llenar los huecos de escuelas adyacentes", reza uno de los puntos recogidos en el comunicado del colectivo.
La postura del Departamento de Enseñanza es clara: "Estamos aprovechando los recursos disponibles ocupando las plazas libres de otros centros". Según el departamento, en el 92% de los casos los niños catalanes van a la primera opción solicitada, sólo el 8% es distribuido entre otros centros porque no hay más plazas. "No descartamos construir otro centro en la zona, ya que es un barrio nuevo con alta natalidad, pero ahora hay que optimizar los recursos que tenemos. No podemos satisfacer las peticiones de todas las familias".
Los colegios públicos de la zona también se han pronunciado. Tana Serra, jefa de estudios del colegio Vila Olímpica, el que tiene exceso de preinscripciones, asegura: "Primero hay que llenar las plazas públicas disponibles en el barrio. No se trata de crear terceras líneas e inflar un colegio mientras se vacía la escuela de al lado. Todos los niños tienen una plaza pública en uno de los tres colegios del barrio o en el de Mar Bella, a 200 metros del nuestro".
Los centros escolares, que expresaron su preocupación por la descompensación en la demanda de plazas escolares en una carta dirigida a la consejera de Enseñanza de la Generalitat, Carme Laura Gil, no comparten la solución que plantea el colectivo de padres ya que, en su opinión, se trata de "una solución para hoy y de un problema para mañana".
"La escuela Vila Olímpica", explica Serra, "está pensada para 450 alumnos. Si seguimos abriendo grupos, habrá 675 y deberemos usar las aulas de informática y música para las clases ordinarias". Serra entiende que los padres que no han conseguido una plaza en el colegio deseado hagan lo imposible por logarla, pero no está de acuerdo en que se discrimine una escuela sin motivo. "No tiene sentido hablar de nuevas escuelas si las de la zona no están llenas".
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