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Los excluidos de un número mágico

Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Federico García Lorca, José Bergamín, Jorge Guillén, Gerardo Diego y Luis Cernuda son algunos de los poetas que escribieron en Mediodía, una revista literaria sevillana que contribuyen a cimentar la edad de plata de la cultura española. Mediodía nació en 1926, un año antes de que un grupo de escritores rindieran tributo a Góngora en Sevilla con motivo del tercer centenario de su muerte. Aquel homenaje fue el punto de partida de la Generación del 27 y de esa edad de plata que propició unos años prodigiosos. La guerra civil cortó de cuajo esa explosión creativa.La editorial Renacimiento ha publicado recientemente en Sevilla una edición facsímil de los 14 primeros números de Mediodía, los que corresponden a la primera y más importante etapa de la revista (1926-1929). Mediodía vivió otras dos etapas mucho más breves. La segunda transcurrió en 1933 con dos entregas y la última se produjo en 1939 con otros dos números.

José María Barrera, profesor de Literatura Española de la Facultad de Filología Hispánica de la Universidad de Sevilla, se ha encargado de prologar y supervisar esta edición facsímil. "1926 es uno de los años clave en la Generación del 27. Comienza en este año a gestarse lo que será la obra más importante después. Mediodía se adelantó en un año al año central", señala Barrera.

Entre los impulsores de Mediodía no está ninguno de los poetas más relevantes del 27. Rafael Porlán, Alejandro Collantes de Terán, Rafael Laffón, Joaquín Romero Murube o Juan Sierra fueron poetas destacados, pero no figuran en ese grupo selecto que ha pasado a los manuales escolares y que llena páginas y páginas de las historias literarias.

Barrera opone mecanismos de compensación a ese estado de las cosas. "María Zambrano caracterizó a la generación del 27 como una estrella de mar con el grupo madrileño en el centro. Los brazos eran los núcleos regionales", señala. "Litoral o Carmen son revistas más emblemáticas al estar ligadas al núcleo central del 27. Además, Litoral fue reeditada en facsímil a mediados de los setenta. También Carmen. En cambio, Mediodía no ha sido muy estudiada. Laffón, Collantes o Romero Murube sí han sido estudiados, pero su obra completa no está todavía publicada. Esto quizás se debe en parte a la desidia sevillana", agrega el profesor.

Barrera rompe una lanza por el grupo de escritores formado en torno a Mediodía. "Estos poetas no han entrado en la nómina mágica de 10 que integra la Generación del 27. Hay que romper esa especie de numerus clausus del 27 y apostar por una generación ampliada. El grupo del 27 es un mosaico con pintores, cineastas, dramaturgos... No es un número mágico de 10", dice.

"Lorca, Prados, Cernuda o Guillén son poetas enormes. Nadie lo discute. Por eso se les llama poetas mayores. Pero ese número de 10 es caprichoso. La obra de Laffón, Sierra, Romero Murube o Porlán no se conoce suficientemente", añade. "Los conceptos críticos son a veces muy fijos. No nos atrevemos a cuestionar una serie de tópicos. Hay que hacer una labor de rescate, de ponderación crítica. A veces por hacer esto nos acusan de localistas, de sobrevalorar a poetas mediocres", puntualiza Barrera.

El profesor insiste en que Mediodía fue más que una revista. "El grupo organizó homenajes y reuniones. Tuvo, además, su pequeña editorial, que publicó libros de Porlán, Laffón y Romero Murube", indica. "Muchos de estos poetas se quedaron en Sevilla durante la guerra civil porque compartían una ideología más conservadora. A algunos que eran republicanos les cogió la contienda en Sevilla. Esto les llevó al ostracismo. Aunque tuvieran una ideología tradicional, no veo en ellos fervor ideológico. En sus escritos no se ve esa postura militante en defensa del franquismo que tuvieron otros poetas, como Panero o Vivanco. Sí vemos en ellos una tradicionalidad, una recreación artística de la ciudad. La mayoría de ellos vivieron una obra centrada en Sevilla, en las tradiciones, en la religiosidad, en el intimismo", comenta.

La ausencia de Cernuda, el poeta sevillano más grande de su generación, del grupo de Mediodía ha podido restar gloria a la revista. "Cernuda era una persona de trato difícil, con una psicología compleja. Cernuda se distanció mucho de los localismos. Con todo, Cernuda publicó textos de manera muy temprana en Mediodía. Pretendía huir del localismo y optó por distanciarse como una estética personal para no dejarse influenciar por grupos y revistas", explica Barrera.

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