70 vecinos logran restrasar las obras de la variante del Urumea en San Sebastián
Un grupo de 70 vecinos que vive en la periferia de San Sebastián ha conseguido poner contra las cuerdas a la Diputación de Guipúzcoa. Valiéndose de argumentos técnicos y personales, y del apoyo de partidos políticos como EH, PSE y PP, han impedido el inicio de la construcción de la variante del Urumea, una carretera de dos kilómetros de longitud que va desde el barrio de Martutene hasta Hernani y obliga a derribar 20 viviendas habitadas por un centenar de personas, según el trazado proyectado por la Diputación de Guipúzcoa.
La estrategia vecinal ha atacado en la línea de flotación de la Diputación. Desde el conflicto político y social que suscitó a finales de los 80 la autovía del Leizaran (hoy, de Navarra), es la primera vez que las reivindicaciones de una agrupación de ciudadanos hacen tambalearse a la institución foral por el trazado de una carretera. La Diputación aprobó en diciembre del año pasado el trazado de la autovía del Urumea sin atender las alegaciones presentadas por la asociación Okendotegi, compuesta por unas 70 personas que no han cesado en su empeño hasta lograr que las Juntas Generales rechazaran el proyecto oficial. Este colectivo ha redactado otro alternativo, basado en informes técnicos y medioambientales, que preserva los inmuebles y las plantaciones agrícolas que desaparecerían con la solución del Departamento de Carreteras.Los argumentos esgrimidos por los vecinos afectados son muy claros: "Si se construye la variante como quiere la Diputación, nos quedamos sin casa. Nosotros somos partidarios de construirla, pero sin derribar los edificios donde vivimos ni destruir los terrenos que son el sustento de varias familias", afirma Koldo Aduriz, de Okendotegi. El diputado de Carreteras, Antton Jaime, arguye que la propuesta vecinal es "inviable" y presenta "más inconvenientes" que la oficial, cuya construcción estaba prevista para el otoño de este año.
Los partidos PNV y EA que gobiernan la Diputación se han encontrado con el rechazo del resto de los grupos, EH, PSE y PP, que han unido siempre sus votos en las Juntas para impedir la construcción del trazado oficial. La oposición ha obligado al Departamento de Carreteras a realizar un estudio comparativo de los dos proyectos existentes y forzado a crear una ponencia para estudiar la viabilidad de la variante del Urumea.
El trazado oficial tiene, en su parte conflictiva, una longitud de dos kilómetros que discurren en paralelo a las vías de Renfe. La solución Okendotegi es 300 metros más larga y se desvía hacia el oeste por una zona de vaguadas. El Ejecutivo foral ha encargado un estudio que costará 13,2 millones para resolver esta disyuntiva. Los vecinos dudan de la independencia de la empresa contratada porque la Diputación "nos ha negado una vez tras otra la posibilidad de acudir a otro gabinete más imparcial".
El conflicto ha alcanzado tintes políticos, por lo que el grupo juntero de EA, partido al que pertenece Antton Jaime, ha acusado a la oposición de aliarse contra el trazado oficial movidos por un interés común: "desgastar al Gobierno foral". Además de lamentar que estos grupos formen un Gobierno "en la sombra".
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