Núñez se irá tras repintar el Barça

Josep Lluís Núñez ha confirmado su intención de dimitir de forma irrevocable como presidente del FC Barcelona durante la próxima asamblea de socios compromisarios que se celebrará en julio. Elegido en 1978 y reelegido hasta el año 2002, Núñez ha explicado incluso el calendario que guardará. Antes de abandonar el cargo, la intención del presidente azulgrana es reestructurar la plantilla, desbloquear los proyectos de la ciudad deportiva y Barcelona 2000 y convocar elecciones para el mes de julio de este año o el de abril del próximo, en cuyo caso nombraría una gestora que estaría presidida por Nicolau Casaus o Joan Gaspart, actualmente vicepresidentes de la entidad. Pese a su intención de continuar ejerciendo como presidente, Núñez no piensa volver al palco del Camp Nou ni al del Palau Blaugrana, como anunció este diario."Lo tengo muy claro, estoy decidido, no sigo", confiesa Núñez en una entrevista concedida ayer a La Vanguardia, en la que muestra su desencanto por la pañolada que recibió el pasado miércoles en el partido Barça-Valencia, de la Liga de Campeones -"si nuestro público nos viene con pancartas ya preparadas y sábanas para ir contra nuestro propio equipo..., pero eso no es sino la culminación de una guerra que ya hace 22 años que dura"-, y por el trato negativo que recibe de la mayor parte de los medios informativos catalanes: "No tengo ganas de seguir en estas condiciones. Tenemos una oposición política muy fuerte, que bloquea todos nuestros proyectos; tenemos que aguantar a grupos mediáticos muy fuertes con intereses en el Madrid".

La intención del presidente es resolver previamente los problemas pendientes, "tanto deportivos como patrimoniales", que son varios, en especial dos. A saber: conocer por boca de Rivaldo si pretende continuar en el Barça o no, aunque tiene contrato en vigor hasta 2003 -"si me dice que sí, le diré que me lo firme; quiero dejar todos los problemas de plantilla resueltos en todos los equipos", y de ahí que ya haya comunicado su decisión a los entrenadores de los equipos de balonmano (Valero Rivera) y baloncesto (Aíto García Reneses)-; y auditar las cuentas de la entidad, que reflejarán el buen estado de salud de la entidad. Núñez asegura que se dispondrá de unos beneficios de 4.000 millones de pesetas, justamente la cantidad que reflejan las actas levantadas por Hacienda al club azulgrana, "que es algo que tenemos ganado", según apreciación del presidente barcelonista.

"Que yo no seguiré, es un hecho", insiste Núñez en la entrevista. "Si después de lo que he hecho en estos 22 años estoy en esta situación, no vale la pena. Yo sé lo que he tenido que hacer para administrar el Barcelona sin el apoyo de la Generalitat y con una oposición constante, capaz de presentar una moción de censura tras unas elecciones. Es imposible conseguir más de lo que he hecho. Pero no dejaré al Barcelona en cuadro, con un vacío de poder y en guerra. Yo no seguiré, pero controlaré el club hasta el último momento".

Núñez anuncia, al mismo tiempo, que su hijo Josep Lluís Núñez Navarro, vicepresidente, se irá con él; que el técnico del equipo de fútbol, Louis van Gaal, le presentó la dimisión el pasado jueves, tras el partido europeo, y no se la aceptó (en cualquier caso Núñez podría haber encargado ya la planificación de la próxima temporada a Lorenzo Serra Ferrer, coordinador del fútbol base); y que en su decisión de abandonar la presidencia del Barcelona nada han tenido que ver las actuaciones judiciales que relacionan sus empresas, Núñez y Navarro, con los inspectores de Hacienda encausados en Cataluña.