El jefe de Tráfico de la Guardia Civil en Cataluña opta a un puesto de mando en la Guardia Urbana

El jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en Cataluña, el teniente coronel Diego Rodríguez, opta a un puesto en la escala de mando de la Guardia Urbana de Barcelona. En la actualidad, la policía local tiene abierto un concurso oposición para cubrir cuatro plazas de intendente mayor, cargo inmediatamente inferior en el escalafón al de jefe de la Guardia Urbana, puesto ocupado por el superintendente Luis Alfonso Vidal. La policía local de Barcelona actualmente sólo tiene dos intendentes mayores; por ello se da la convocatoria de las cuatro nuevas plazas, dos de las cuales son de promoción interna, y las otras dos, de promoción externa. A una de estas plazas externas es a la que concurre Diego Rodríguez, un cualificado profesional a quien le ha tocado planificar el progresivo repliegue en las carreteras catalanas de los agentes de la Guardia Civil, que van siendo sustituidos por la División de Tráfico de los Mossos d'Esquadra en un proceso de cambio de cuerpo que acabará a final de año.

Un total de 70 agentes de la Guardia Civil de Tráfico que iban a dejar las carreteras catalanas se incorporarán a principios del año que viene a la Guardia Urbana de Barcelona. Estos agentes se convertirán en policías locales después de una selección especial, informó ayer El Periódico de Catalunya. Se trata de un concurso al que podrán acceder agentes de todos los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, aunque está pensado sobre todo para los miembros del instituto armado ante el próximo despliegue de los Mossos de Tráfico en Barcelona.

La posibilidad de fichar a guardias civiles de Tráfico fue estudiada conjuntamente por los responsables del Área de Vía Pública del Ayuntamiento de Barcelona, el jefe de la Guardia Urbana y el general jefe de la Guardia Civil de Cataluña. La plazas se podían haber cubierto de la forma tradicional, con alumnos de la Escuela de Policía de Mollet, pero la llegada de los Mossos d'Esquadra a las carreteras de Barcelona y la consecuente eliminación de los guardias civiles que hacen esa misma función hizo pensar en otra opción.

En diciembre próximo, 400 guardias de Tráfico tendrán que buscar nuevo destino fuera de Cataluña al ser sustituidos en las carreteras por mossos y sólo 75 de ellos se convertirán en policías autonómicos. Muchos de los guardias civiles que se ven abocados al traslado de comunidad llevan muchos años viviendo en Cataluña y para sus familias este cambio supone un grave problema. Los traslados comportan, en muchos casos, la pérdida de los empleos de sus mujeres, que por ese motivo han expresado su protesta en repetidas ocasiones.

Los responsables municipales niegan que la entrada de los agentes de la Guardia Civil de Tráfico tenga que ver con los problemas de movilidad de Barcelona. Se trata de un concurso de 70 plazas que se ha decidido cubrir con agentes de otro cuerpo con sobrada experiencia, señalan.