Un poder fáctico en el seno de la Vital
Dentro de la Caja Vital se ha llegado a decir que José Antonio Gordo tiene más poder que los propios presidentes de la entidad, porque éstos pasan mientras él permanece. Esa influencia procede de la Cooperativa Vitoriana de la Vivienda (Covivi), que Gordo dirige desde hace tres décadas y que desde 1966 ha facilitado vivienda a precio ajustado a 4.000 familias en la capital alavesa. A través de esta masa de impositores -Covivi siempre ha financiado sus promociones con créditos hipotecarios de la Caja Provincial de Álava y luego de la Vital, producto de la fusión de aquélla con la municipal- ha contado tradicionalmente con una fuerte presencia directa en los órganos de gobierno de la entidad de ahorro. Gordo, que fue vicepresidente primero de la Provincial poco antes de la fusión, ha llegado a controlar, de forma directa o indirecta, hasta tres o cuatro de los 17 miembros del consejo de administración de la Vital. En una estructura de poder inorgánica como es la de las cajas, este resorte y sus artes de seducción han concedido al empresario una extraordinaria capacidad de actuación en los asuntos de la entidad. El presidente de Covivi ha sabido siempre cortejar a las instituciones y al partido en el poder -el PNV, hasta que ha sido desalojado del Ayuntamiento, la Diputación y la Vital- en provecho propio. "Tiene la habilidad fascinante de hacerte creer que te ha hecho un favor enorme, cuando lo cierto es son sus intereses económicos los que salen siempre beneficiados", comenta un personaje público que ha colaborado con José Antonio Gordo.
La etiqueta social de la cooperativa ha sido para éste una valiosa palanca con la que abrir puertas y ganar posiciones en el mercado inmobiliario de Vitoria. Al margen de la presidencia de Covivi, está al frente de más de una decena de sociedades, entre ellas la televisión local Canal Gasteiz. En las más importantes comparte el capital social con su viajo amigo Javier Sáenz de Valluerca, que empezó hace 35 años como administrativo en una gestoría y se ha convertido en uno de los más importantes actores del cerrado coto inmobiliario de Vitoria. En el sector se estima que entre ambos se han hecho con centenares de miles de metros cuadrados -Gordo admite sólo 300.000- en Salburua y Zabalgana, las dos zonas de expansión urbana de la capital, que empezaron a comprar adelantándose a los planes municipales. "Claro que hemos comprado y que ese suelo se ha revalorizado. Pero es que nosotros nos dedicamos a esto", razona.
Una explicación del mismo tenor da cuando se le interpela sobre su desmesurada influencia dentro de la Vital y los beneficios que ha podido obtener de ello. "Es que Covivi ha construido viviendas para 4.000 viviendas cooperativistas y hay 3.000 más en expectativa", dice el empresario, quien considera que es la entidad la que se ha beneficiado de las otras tantas cartillas abiertas y las "más de mil nóminas que he domiciliado" en sus oficinas.
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