La Simfònica de Barcelona apuesta por la música del siglo XX en su próxima temporada

Entre los organizadores de conciertos de música clásica en Barcelona se ha desatado una súbita pasión por recuperar el tiempo perdido. Los programadores públicos y privados han decidido apostar por los compositores del siglo XX con tal fuerza que su tardía y milagrosa reconversión eleva a los altares a un repertorio marginado durante décadas por su escaso gancho popular. La Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC) se apunta al carro dando el máximo protagonismo a la música del siglo que termina en su próxima temporada, pero eligiendo a compositores ya muertos, excepto el británico Thomas Adès y la cuota de estrenos de autores catalanes.

Los compositores perseguidos por el nazismo -en un festival consagrado a la Entartete Musik (música degenerada) que recupera partituras de Alban Berg, Kurt Weill, Paul Hindemith, Franz Schreker, Arnold Schönberg y Erich Korngold-, un festival de música rusa y una serie de conciertos dedicados a Gustav Mahler centran la programación de la temporada 2000-2001 de la OBC, presentada por su director titular, el estadounidense Lawrence Foster.La segunda temporada que la OBC presenta en el Auditori cuenta con un presupuesto de 1.334 millones de pesetas y consta de 32 programas en un total de 78 conciertos que el conjunto sinfónico barcelonés ofrecerá del 19 de septiembre próximo al 20 de mayo de 2001. "Nuestro reto es explorar a fondo las posibilidades del Auditori en el aspectol musical, pegagógico e intelectual con una programación diseñada con la voluntad de dar a conocer el gran repertorio del siglo XX", afirma Foster.

La primera audición en España de Asyla para gran orquesta, opus 17, del británico Tomas Adès, uno de los compositores vivos de moda en todo el mundo, que saltó a la escena internacional de la mano del director Simon Rattle, es la única partitura de un compositor vivo no catalán que figura entre las 81 obras programadas. El capítulo de estrenos se reduce a cinco partituras de los compositores catalanes Jesús Rodríguez Picó, Salvador Brotons, Francesc Taverna-Bech, Joan Albert Amargós y Pere Josep Puértolas.

Dos partituras de Joan Guinjoan y Benet Casablancas, más los programas de música de películas dirigidos por los estadounidenses Elmer Bernstein y Jerry Goldsmith, cierran la relación de autores vivos en la temporada. "No me había dado cuenta de la escasa presencia de autores vivos en la programación", comenta Foster. "Hemos apostado por los compositores del siglo XX y debemos empezar a asumir que muy pronto serán músicos del siglo pasado". La lista de autores del siglo XX incluye nombres como Ígor Stravinski, Dmitri Shostakóvich, Richard Strauss, Gabriel Fauré, Edward Elgar, Witold Lutowslaski y Bela Bartók.

Sin quererlo, Foster dio argumentos a los numerosos aficionados que se quejan de los problemas de comunicación que padece el Auditori al comentar, en plena presentación de la próxima temporada de conciertos, sus dificultades con los taxistas. "Cuando les pido que me lleven al Auditori se creen que les hablo de un museo y en ocasiones me llevan al tanatorio creyendo que es el Auditori", explicó con cara de circunstancias.

Bach, el invitado

La programación se abrirá en septiembre con el tradicional Festival Mozart (este año se centrará en la figura de Bach con motivo de la conmemoración del 250º aniversario de su muerte), con una serie de seis conciertos bajo la dirección de Christopher Hogwood y Martin Haselböck. Jesús López Cobos, Antoni Ros Marbà, Franz-Paul Decker, Gary Bertini, Edmon Colomer y Ernest Martínez Izquierdo encabezan la lista de directores invitados de una temporada que, entre los solistas, contará con los pianistas Radu Lupu, Arcadi Volodos, Cristina Ortiz, Rudolf Buchbinder, Josep Maria Colom y Albert Guinovart; los violinistas Frank Peter Zimmermann y Viktoria Mullova; el violonchelista Lluís Claret, y los cantantes Olaf Baer y Stefano Palatchi.