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El Gobierno intentará buscar empleo 'a la medida' a los 40.000 parados que nunca reciben ofertas

En Euskadi existen alrededor de 40.000 desempleados que nunca reciben ofertas laborales. A veces no conocen las técnicas que hay que utilizar para encontrar un empleo y en otras ocasiones su formación no se ajusta a las necesidades del mercado. En un intento de paliar este problema, el Departamento de Trabajo creará en breve unos servicios de orientación para el empleo que se encargarán de diseñar para cada parado con especiales problemas de inserción un plan de empleo personalizado, ajustado a sus características, y enfocarle hacia los trabajos más accesibles para él.

El Consejo de Gobierno aprobó ayer el decreto que regula la creación de este servicio, que no supondrá tener una infraestructura física y administrativa propia por parte del Ejecutivo. Las oficinas de orientación se ubicarán en los centros que actualmente colaboran con el Departamento de Trabajo en políticas de empleo, como las agencias de desarrollo comarcal (dependientes de las diputaciones), los centros de Formación Profesional y las entidades sin ánimos de lucro, entre las que se incluyen desde Confebask hasta los sindicatos. Los servicios dispondrán de la figura del orientador laboral, profesionales que serán contratados por los centros colaboradores con el dinero que proporcione el Gobierno. Así, el Ejecutivo destinará este año a este nuevo programa 250 millones de pesetas. Además, se ha establecido un crédito de compromiso para el año 2001 de otros 115 millones.El viceconsejero de Trabajo, José Ramón Bengoetxea, explicó a EL PAÍS que el proyecto ha recogido "lo mejor de la experiencia sobre orientación profesional que hay tanto en el Estado español como en la Unión Europea". Según Bengoetxea, "muchas personas que buscan un empleo no saben cómo actuar. Necesitan aprender a moverse, pero también precisan compensar algunos déficits que tienen en su formación".

Sin ninguna oferta

El Servicio Vasco de Colocación-Langai, dependiente de Trabajo y dedicado a poner en contacto a las personas que buscan trabajo con las empresas, ha detectado que una bolsa de 40.000 demandantes de empleo que figura en sus ordenadores nunca ha recibido una oferta de trabajo. En Langai hay inscritas 120.000 personas (muchas de ellas también están en el Inem), pero no todas están en paro. Algunas tienen trabajo, pero aspìran a algo mejor o más acorde a sus características. El esfuerzo de los servicios de orientación va dirigido a esas 40.000 personas que cada vez tienen más difícil su incorporación al mercado laboral.

Mediante entrevistas individuales, los servicios de orientación deberán realizar un diagnóstico profesional de por qué esos parados tienen dificultades a la hora de encontrar un empleo. "Los especialistas analizarán varias posibilidades: qué tipo de cualificación tiene el desempleado, si es una cualificación que no se está demandando, qué le falta y cómo se puede reorientar para aumentar sus oportunidades de encontrar un empleo", resume Bengoetxea.

El diagnóstico, que determinará todas las circunstancias personales y profesionales del desempleado, permitirá a los profesionales proponer un plan personal de inserción para los afectados. Además, facilitará al parado técnicas de búsqueda de empleo y estimulará las características personales que puedan ser relevantes para acercarle al mundo laboral y a un trabajo acorde a sus características.

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"Se trata de un tratamiento muy personalizado", concluye el viceconsejero de Trabajo. Precisamente, esta es la principal diferencia con el servicio de orientación del Inem. "Muchas de las experiencias desarrolladas por el Inem se hacen con un enfoque grupal. La orientación debe ser muy personalizada. No se puede coger a 30 personas, meterlas en un aula y enseñarles técnicas de empleo y pretender orientarles. Son algunos de los vicios en los que se ha incurrido en el pasado", observa Bengotexea. Según el responsable de Trabajo, el tratamiento grupal puede ser bueno en ciertos casos (que los desempleados se conozcan entre ellos y hablen de sus experiencias), pero la apuesta del Gobierno es por la individualización.

Por otra parte, el Consejo de Gobierno también aprobó en su reunión de ayer el proyecto de ley de liquidación de los Presupuestos del País Vasco de 1996, según anunció el portavoz del Ejecutivo, Josu Jon Imaz. El resultado presupuestario arrojó un superávit de 18.419 millones de pesetas.

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