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PSICOLOGÍA Las filias y fobias cromáticas de los niños revelan su estado de ánimo

¿A vuestro niño le gusta el violeta? Quiere decir que tiene un ánimo sensible y un deseo de afecto. ¿Y si lo rechaza? Entonces es cauto en las relaciones afectivas. ¿Y si en cambio le gusta el rojo? Es un niño que se siente seguro, enérgico y lleno de vitalidad. Pero si rechaza este color, atención, le falta confianza en sí mismo. Éstos son algunos de los resultados de un test cromático ideado por el psicólogo suizo Max Luscher, que fue presentado en el congreso Vivir bien el colegio, celebrado recientemente en Roma y organizado por el Instituto de Ortofonología y el Campus Biomédico Universitario. Luscher sostiene que el estado de ánimo de un pequeño puede ser entendido de acuerdo con las preferencias o fobias que siente hacia los colores que responden inmediatamente a los deseos o miedos del niño. Si elige el amarillo significa que es un niño abierto y siente confianza y libertad; si lo rechaza es porque se siente desestimulado, sin entusiasmo. El verde indica la autoestima que siente el niño; su rechazo es síntoma de ansia. El azul indica calma interior, y para quien lo rechaza, dificultad de concentración y aprendizaje. El gris señala que quiere esconder sus emociones para evitar obligaciones, mientras que su rechazo es síntoma de participación excesiva en el entorno, entrometimiento e invasión.

Si un niño escoge el marrón es porque necesita relajarse, mientras que su rechazo indica que tiene necesidad de hacerse notar, de distinguirse. El negro es un color aceptado por los párvulos inconformes, que quieren protestar o señalar el peligro de acciones impulsivas, mientras que su rechazo no significa nada.

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