Atónitos espectadores de una escena de película
La acción de los asaltantes, a cara descubierta, fue audaz y sangrienta. Y dejó estupefactos a los transeúntes y a los vecinos, que repentinamente se vieron envueltos en una barahúnda de explosiones, humareda y tiros. Algunos creen que salieron vivos de milagro. Es una zona muy transitada, con frecuentes atascos de tráfico y a escasos metros de las casas que jalonan el extrarradio urbano de Vigo.Un hombre que circulaba en su automóvil vio el tiroteo desde unos 200 metros. Horas después de lo sucedido, aún no se había recobrado de la impresión: "Ahora mismo aún tengo la cabeza como un bombo. Desde que empezó el tiroteo, quedé como ido y me cuesta trabajo relatar lo que sucedió. Sólo sé que creo que he vuelto a nacer. Si la explosión se llega a producir un poquito antes, me lleva a mí por delante".
"El furgón se fue por el aire", comentaba con estupefacción otro de los testigos presenciales. "Los tíos eran cuatro, muy tranquilos, con chaquetas, revólveres y una escopeta de repetición. Pero lo que más me llamó la atención fue su tranquilidad, incluso cuando cargaban las armas para seguir disparando". Otro automovilista que también presenció la escena tuvo a uno de los asaltantes justo al lado de su coche mientras abría fuego y abatía a uno de los guardas: "No dejó de disparar su automática. Yo me fijé en él. Era un tipo fuerte, de unos 40 años".
Contradicciones
La policía se encargó durante toda la jornada de interrogar a los numerosos testigos, cuyas declaraciones podrían ser muy valiosas para identificar a los asaltantes. Pero la confusión del momento y el estupor ante lo que estaban presenciando propició versiones contradictorias de las personas que siguieron el tiroteo en primera línea.
Las explosiones también alertaron de inmediato a los vecinos de la zona, que acababan de levantarse y también pudieron seguir los hechos desde ventanas y balcones. "Le estaba dando el desayuno a mis hijos", explicó una mujer; "de pronto, escuchamos una explosión terrible, como un trueno. Primero pensé que habría reventado una bombona de butano. Pero cuando me asomé al balcón ya vi la furgoneta echando humo y rodeada de hombres que se disparaban desde muy cerquita. Uno de ellos ya estaba tirado en el suelo, supongo que era el vigilante que luego murió".
El único guarda que sobrevivió al asalto fue dado de alta en la clínica Povisa a la media hora de ingresar. Según fuentes de Prosegur, el hombre sufre un fuerte choque nervioso. El director general de la Policía, Juan Cotino, anunció la imposición a los dos fallecidos de la medalla al mérito policial.
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