Juntos y vestidos
Una semana con farolillos encendidos da para combinaciones electrizantes. Como las cámaras también estaban allí, chapoteando sobre el Real -casi ha llovido día sí, día también-, nadie podrá decir que fueron imaginaciones, pesadillas ni alucinaciones algunas juntanzas ni poses.Un repaso a los siete días demuestra que fueron verdad. El brazo derecho, el clásico, del consejero Gaspar Zarrías reposando sobre los hombros de la ex secretaria de Estado de Asuntos Sociales, Amalia Gómez, aderezada con volantes, mantón y flores en el pelo estuvo allí. También fue verdad el brindis contenido del presidente andaluz Manuel Chaves con el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, y Los del Río. Un brindis sin contoneos en honor de Macarena.
Juntos también el periodista Carlos Herrera y el delegado de Tráfico de Sevilla, Blas Ballesteros, en actitud amigable, como de colegas de toda la vida. En la Feria pasa mucho. Llegan dos desconocidos, se juntan y se retratan como si vivieran unidos desde el jardín de infancia.Siempre hay algunas pequeñas excepciones. Carmen Martínez Bordiú, antaño la nietísima y ahora la apolitiquísima, se dejó caer por la caseta de un abogado (el suyo) y de un hostelero. Se ignora si en uno de sus disfraces de anónima, acompañada de su pareja, el arquitecto Roberto Federici, se dio una vuelta por una caseta de distrito.
El mismo día que Adriana Sklenarikova -dos piernas rematadas en forma de mujer-mujer en su parte superior- se paseó por la Feria vestida con un traje diseñado por Vitorio y Lucchino vivió su día grande María Jiménez, capaz de seguir suscitando pasiones sin tener las piernas tan largas como la pareja de Karembeu. Ni el futbolista del Real Madrid ni el compañero de la cantante, o sea el actor José Sancho, pisaron el albero. Pero a ninguna le faltó compañía.
A los famosos siempre les sobran los anfitriones. El secretario general del PP andaluz, Antonio Sanz, y el portavoz de la Diputación, Ricardo Tarno, ejercieron como tales el día que llegó el dirigente del PP en el País Vasco Carlos Iturgaiz. Ninguno lucía sombrero apropiado al marco, ni traje corto. Lo cierto es que los políticos, a derecha e izquierda, rara vez mudan el traje clásico por la vestimenta ferial. Con las mujeres ocurre lo contrario: hasta en algunas ruedas de prensa pueden verse periodistas de faralaes.
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