Los rebeldes se encuentran a 20 kilómetros de la capital de Sierra Leona, según la ONU
Naciones Unidas eleva ya a 500 el número de 'cascos azules' secuestrados por el RUF
Los guerrilleros del Frente Revolucionario Unido (RUF) de Sierra Leona avanzaban esta madrugada hacia la capital, según denunció ayer Philip Winslow, portavoz oficial de los cascos azules allí acantonados. El RUF logró el control de Hastings, localidad clave que cierra el sur de la península donde se asienta Freetown. Naciones Unidas asegura que los guerrilleros, como ya hicieran en su último avance hacia la capital en enero de 1999, utilizan a los civiles como escudos humanos. La misión más importante de la ONU está muy cerca de desmoronarse y fracasar.
El sorprendente ataque del RUF sobre Freetown, operación dirigida por el número dos de esta guerrilla, Sam Bockarie, alias general Mosquito, y las últimas exigencias formuladas ayer por sus dirigentes (la dimisión inmediata del Gobierno constitucional de Ahmad Tejan Kabbah, creación de un Ejecutivo de transición y convocatoria de elecciones antes de tres meses) parecen enterrar el proceso de paz y poner en un brete a la llamada comunidad internacional. La estratégica localidad de Hastings se halla a una veintena de kilómetros de Freetown, donde se ha apoderado el pánico entre la población.Poco antes, el RUF atacó la localidad de Lunsar, donde empleó los uniformes y los vehículos robados en los últimos días a la ONU. Naciones Unidas aceptó a regañadientes la paz firmada en Lomé (Togo), el 7 de julio de 1999, pues ciertas condiciones impuestas por el RUF en aquel acuerdo, como la anmistía para los guerrilleros que condujeron la brutal campaña de enero de 1999, se consideraron escandalosas. La ONU habla ahora de procesar a Foday Sankoh, líder histórico del RUF.
A los 278 cascos azules secuestrados en los últimos días hay que añadir ahora la desaparición de otros 200, pertenecientes al contingente de Zambia, y con los que se ha perdido todo contacto por radio. La ONU desea acelerar el envío del batallón de Bangladesh y completar lo antes posible los 11.000 soldados aprobados para esta misión, la más importante en estos momentos del organismo internacional. La escasez de medios de autodefensa de los cascos azules acontonados en Freetown convierte en imposible una defensa efectiva de la capital.
En Sierra Leona, donde en el noreste se extraen unos de los mejores diamantes de toda África, se vive, desde 1991, una cruenta guerra civil, un conflicto gemelo al sufrido en Liberia. El RUF cuenta con el apoyo del actual presidente liberiano, el ex señor de la guerra Charles Taylor, y de Burkina Faso. El Gobierno legal, surgido de las elecciones de 1996, posee el apoyo de la antigua potencia colonial, el Reino Unido, y de los países del África Occidental, sobre todo de la vecina Guinea Conakry, de Ghana y de Nigeria.
Los cascos azules sustituyeron, tras los acuerdos de Lomé, a las tropas nigerianas, mayoritarias en la fuerza regional africana de paz (ECOMOG), encargadas de sostener al Gobierno legal. Estas tropas nigerianas reconquistaron Freetown y gran parte del país en 1998, un año después de que una junta golpista aliada con el RUF derrocara al presidente Kabbah.
El 6 de enero de 1999, ECOMOG fue sorprendido (como ahora la ONU) por el RUF, que, tras reconsquistar el territorio perdido en el interior, logró infiltrarse en la capital y tomar en pocos días dos terceras partes. En tres semanas de lucha casa por casa perdieron la vida 6.000 personas, una cifra altísima si se tiene en cuenta que en los cuatro años del cerco de Sarajevo murieron 10.000.
En esta ofensiva de Freetown, el RUF intensificó su campaña de cortes de manos y piernas entre la población civil. Fuentes humanitarias estiman que en esas semanas más de mil personas sufrieron amputaciones.
En nueve años de guerra civil, en Sierra Leona han muerto 40.000 personas, 5.000 han perdido sus extremidades y un 25% de sus cuatro millones y medio de habitantes han sido desplazados. Esta guerrilla polpotista secuestró de sus aldeas a miles de niños, a los que obligó a combatir y que ahora la Iglesia católica, activa en Sierra Leona a través de los javerianos, trata de reeducar.
La misión de la ONU tiene como objetivo asentar la paz y lograr el desarme del RUF, uno de los puntos capitales de Lomé. La guerrilla, que ha evitado la entrega de sus armas, justifica el ataque frontal contra los cascos azules en que éstos intentaban requisarles por la fuerza los arsenales. Los cascos azules poseen sólo armas ligeras de autodefensa.
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