El dedo sustituye al concurso de méritos
La Comisión Europea dio ayer un "mal ejemplo" porque "se ha saltado la doctrina que pregona", según fuentes de este organismo. El nombramiento de David O'Sullivan y el cambio de destino de Ricardo Levi chocan frontalmente con todas las recomendaciones que defiende Bruselas en materia de nombramientos.La doctrina oficial difundida por Prodi y por el vicepresidente responsable de la reforma de la Comisión, Neil Kinnock, es que todos los altos cargos deben ser nombrados en función de sus méritos. Por tanto, se han de someter a un concurso de méritos para decidir qué candidato es el más adecuado para cada puesto. Así se hizo en 1997, cuando el holandés Carlo Trojan superó al español Eneko Landaburu para ocupar la secretaría. Pero la regla no se ha cumplido esta vez. O'Sullivan ha sido elegido a dedo por Prodi y ratificado por los comisarios.
Con Levi ha ocurrido lo mismo. No ha habido concurso para cubrir una plaza que ni siquiera existía. Algunos ven una irregularidad conocida en la jerga comunitaria como parachutaje; es decir, cuando miembros de un gabinete ocupan cargos por influencia de su comisario. El parachutaje fue denunciado en voz alta por el Parlamento Europeo al analizar la gestión de la anterior Comisión.
La secretaría general es un cargo muy delicado, de equilibrio entre los distintos gabinetes. El primer secretario general fue Emile Noël, un hombre que mandaba más que muchos comisarios. Le sustituyó, ya en tiempos de Jacques Delors, David Williamson, británico. Carlo Trojan ha sido el tercer secretario general y O'Sullivan el cuarto.
El irlandés O'Sullivan, que entró en la Comisión a mediados de los ochenta, pasa por ser un hombre "muy competente" que se ha ganado la confianza de Prodi en pocos meses, aunque no se entendía muy bien con él "por culpa de la barrera del idioma".
