El Rey pide unidad para combatir el terrorismo con rigor y sin fisuras "hasta su erradicación"
El Rey aprovechó ayer su discurso de apertura de la legislatura en el Congreso para exhortar a la unidad "en la defensa de los valores democráticos frente al terrorismo". En un momento en que hay una brecha entre las principales fuerzas políticas estatales y el nacionalismo vasco por su estrategia de acercamiento a HB para tratar de acallar a ETA, don Juan Carlos subrayó que el terrorismo "ha de ser rechazado con firmeza y sin fisuras, y combatido con todos los instrumentos de un Estado democrático hasta su erradicación". El Rey aseveró que en este Estado "hay sitio para todos".
Diputados y senadores se sentaron ayer en el hemiciclo, en bancos tapizados que aumentaron el aforo habitual, para asistir a la inauguración oficial de la VII Legislatura por el Rey, acompañado en la presidencia del Congreso por la reina Sofía y el príncipe Felipe. En las tribunas de invitados, llenas de autoridades, se sentaron las infantas Elena y Cristina con sus respectivos maridos, Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarín. Todos los parlamentarios aplaudieron el discurso del monarca, excepto los del Partido Nacionalista Vasco y Eusko Alkartasuna. El portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, no estuvo presente.Don Juan Carlos felicitó a los nuevos diputados, e inmediatamente les recordó que su labor estará permanentemente sometida al juicio de quienes depositaron su confianza en ellos para que sirvan "al interés general".
El Rey no escatimó expresiones de optimismo sobre las expectativas de España en el futuro inmediato. "Tengo la íntima convicción", transmitió, "de que España se encuentra hoy ante una gran oportunidad, en uno de esos períodos singulares en el que el viento de la Historia nos es favorable". Su explicación de las buenas perspectivas actuales fue una forma de recordar que el camino recorrido es obra de varios Gobiernos y de toda la sociedad. El futuro que se abre, señaló, "no nos llega por casualidad sino como producto de un trabajo riguroso y paciente, de todos, durante las últimas décadas". Se trata, añadió, de un futuro que no promete grandeza aparente sino "avances sólidos y duraderos".
Llegado a ese punto, abordó el problema que más obstaculiza el desarrollo democrático, el terrorismo, e hizo un tácito llamamiento a la unión de los demócratas, en este momento resquebrajada, para acabar con la violencia de ETA. "La unidad en la defensa de los valores democráticos que compartimos ha de servirnos para que desaparezca de nuestra convivencia la violencia terrorista", dijo. "El terrorismo, negación máxima del orden de derecho, de la paz social y de los más elementales derechos humanos, no tiene cabida en una sociedad democratizada. Por eso, ha de ser rechazado con firmeza y sin fisuras, y combatido con todos los instrumentos de los que dispone un Estado democrático hasta su erradicación", enfatizó.
Una nación plural
Inmediatamente después, puso el acento en que España es una nación plural y en que la Constitución "recoge y ampara esa pluralidad". "En nuestra nación y en nuestro Estado hay sitio para todos", exclamó. Incluso recordó la conveniencia de que el Parlamento ayude a respetar esa pluralidad, a conciliar intereses y a sumar en lugar de restar.
En la inauguración de una legislatura que comienza con un Gobierno de mayoría absoluta, el monarca recordó que para el buen funcionamiento y eficacia de la democracia tan importante es la contribución de las mayorías como la de las minorías. "El interés público", arguyó, "exige generosidad y conjugar lo particular con lo general". Y añadió que para servir al interés general de España es importante que el diálogo esté permanentemente presente en la actuación de los parlamentarios y que la confrontación entre los diversos grupos deje a salvo el respeto a sus ideas.
Don Juan Carlos animó a invertir en educación, en investigación e innovación para fomentar el uso de las nuevas tecnologías. Antes de terminar, transmitió a todos los parlamentarios que es importante que "estén cerca de los ciudadanos y próximos a sus preocupaciones", para que atiendan las demandas de cambios.
A pesar de las advertencias, un parlamentario del PP dejó abierto su teléfono móvil y sonó cuando aún no había terminado el Rey su intervención. Concluido el acto oficial, don Juan Carlos escribió a mano en su discurso una dedicatoria a la presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, y se lo regaló.
Antes de entrar al Congreso por la puerta principal, que sólo se abre en la inauguración de las legislaturas y en la conmemoraciones públicas de la Constitución, los Reyes recibieron honores de compañías de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire.
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