Los galos comían cerdo y no jabalí
Un libro muestra las coincidencias y las diferencias entre los cómics de Astérix y la historia real
¿Realmente los galos tenían una dieta centrada casi exclusivamente en carne de jabalí? ¿Tenían algo parecido a una poción mágica? Todo aquel que se haya interrogado sobre la fidelidad histórica de los álbumes de Astérix puede ahora encontrar la respuesta a sus dudas en el libro Astérix y la historia real, que la editorial Beta acaba de publicar en el mercado español. Los autores, ambos profesores de la Universidad de Amsterdam, son el especialista en historia antigua René van Royen y el filólogo clásico Sunnyva van der Vegt, que han intentado establecer la frontera entre la más directa fantasía y el rigor histórico.El libro, todo un éxito editorial en Francia, con más de 150.000 ejemplares vendidos, permite no sólo conocer la verdadera naturaleza del pueblo galo, sino también el trabajo de adaptación de la historia antigua realizado por René Goscinny y Albert Uderzo, creadores de esta popular serie.
El libro desgrana en cerca de doscientas páginas los aspectos evidentes de la vida en la aldea gala de Astérix y Obélix, pero también los que no quedan reflejados en las viñetas.
Una de las importantes cuestiones que los cómics sobre el irreductible poblado galo pasan de largo, debido a dirigirse mayoritariamente al público infantil, es el sexo. Edadepiédrix es un viejo verde y Obélix un cándido enamoradizo, es decir, que todo lo relacionado con este tema se mueve en unos cánones establecidos. Sin embargo, en el mundo celta, la realidad sexual era mucho más compleja que la expresada por Goscinny y Albert Uderzo. Los autores del libro citan las observaciones del historiador griego Posidonio: "Aunque sus mujeres sean muy bellas, los hombres celtas les prestan poca atención ya que más bien se sienten atraídos por las relaciones entre ellos".
Debido a la naturaleza de los héroes de papel, la relación con la muerte es un tema ignorado en los álbumes de Astérix. El libro nos ilustra sobre la percepción de los galos con el más allá. Para ello citan las descripciones que realizó Julio César sobre sus ritos funerarios. "En la civilización gala, los funerales son de una gran magnificencia: arrojan al fuego todo lo que el difunto apreciaba más, incluso los animales, y hasta hace poco también se quemaban a sus esclavos preferidos". No hay que olvidar tampoco el culto que profesaron los galos, como todos los celtas, a las cabezas humanas: solían cortar las de los enemigos y colocarlas en los santuarios de sus dioses. Eso tampoco aparece en los álbumes de Uderzo y Goscinny.
Uno de los aspectos que puede defraudar al seguidor más fiel de las aventuras de Astérix es averiguar que el jabalí no era la fuente de proteínas más importante de los galos, que basaban su dieta básica en el cerdo de crianza. El libro, sin embargo, resalta la importancia simbólica del jabalí, que aparece representado repetidamente en los pocos vestigios hallados de esta cultura, como en los carnyx, las célebres trompetas de guerra con forma de animal.
En cuanto a la poción mágica, que convierte en invencibles a los guerreros galos para desdicha de las guarniciones romanas cercanas a la aldea, es obvio que es una invención de los creadores de la serie, pero Goscinny y Uderzo no faltaron del todo a la verdad. Plinio admitía que el muérdago, uno de los ingredientes básicos usados por Panorámix en la elaboración de la poción mágica, podía proporcionar vigor, devolver la fecundidad a los animales y actuar como antídoto de ciertos venenos. Por otro lado, el comportamiento militar de los galos se prestaba a creer en un enloquecimiento colectivo: atacaban en tropel, buscando el combate singular y sin ningún respeto por la disciplina y la estrategia: así les fue.
El libro analiza también la indumentaria, la joyería, la arquitectura, las actividades laborales y el carácter de los antiguos galos en contraste con su representación en el mundo de la fantasía.
Los autores de Astérix y la historia real consideran, teniendo en cuenta que uno de los principales objetivos de la serie es entretener, que el trabajo de Goscinny y Uderzo fue bastante fidedigno, sobre todo porque el estudio del latín y del mundo romano ocupó un importante espacio en la educación de Goscinny, que fue quien llevó el peso del guión en la serie.
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