Dávila Miura: "Mi faena será un gran recuerdo de esta feria"
Menudo jaleo había anoche en el hotel Colón. Toreros que entraban y salían de sus habitaciones, la tertulia taurina de la Ser a punto de empezar y media feria en el bar encantada de conocerse. Parecido barullo al que había formado Eduardo Dávila Miura en la plaza de toros, un rato antes. Su cuarto parecía una caseta del real. Se había hecho fotos con todo el vestíbulo al llegar, no paró de recibir felicitaciones, entre ellas una muy cariñosa de Rivera Ordoñez, y en la habitación sólo faltaba que sonaran las sevillanas y se sirviera manzanilla."Los días de triunfo son así", decía Dávila disculpando el trajín, que no le había permitido ni vestirse más de media hora después de duchado. "Estoy muy feliz. Ha sido una tarde de mucho disfrute. También ha sido una corrida muy dura, por el percance del maestro Muñoz, pero ha tenido su recompensa al final", decía el torero, ya encajado en una impecable americana azul.
"Estoy muy contento porque me hacía falta un triunfo así para rematar la buena impresión que he dejado siempre en Sevilla. He arriesgado mucho dejando al toro tan entero, pero soy de aquí y ésta es una plaza muy especial. Había que ir a por todas", confesaba satisfecho. "Además, es una satisfación muy grande responder así a la confianza de la empresa, que pensó en mí y a la que le estoy muy agradecido", añadió.
Y el sábado, otra. ¿La oportunidad para ser el triunfador de la feria? "Quedan muchas corridas todavía. Pero yo voy a ir a por todas ese día. Y por lo menos, tengo la garantía de que esta faena de las dos orejas quedará como uno de los recuerdos de esta feria".
Curro Vázquez
Curro Vázquez, que torea esta tarde en sustitución de Espartaco, nunca ha sido un torero de muchas corridas. Nunca compitió por llenar de compromisos su agenda. Y en su regreso a los ruedos este año sigue siendo fiel a esa trayectoria. Si no en número, en lo que sí va a ganar su temporada, y mucho, es en calidad e importancia gracias a la faena que le hizo recientemente a un toro de Hermanos García Jiménez en la plaza de Vista Alegre, en Madrid, al que le cortó las dos orejas. Y gracias, también, al compromiso que afronta hoy.
"Estoy muy ilusionado", decía ayer. "Vengo con mucha moral después de lo de Madrid". Y no le importa venir por un compañero. "Siempre es una pena que otro torero no pueda venir, pero creo que al final ha quedado un cartel de mucho arte, muy del gusto de la afición sevillana", comenta. Por gustarle, le gustan hasta los toros: "Juan Pedro Domecq trajo el año pasado una corrida muy buena. Esperemos que este año repita. Son muy buenos ganaderos y a Sevilla siempre traen lo mejor que tienen en el campo". Un ganado que no tuvo ningún problema para pasar ayer el reconocimiento veterinario. Buen comienzo.
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