Iberdrola e Hidrocantábrico empezarán sus térmicas navarras en dos meses
En un plazo de dos meses, Iberdrola e Hidrocantábrico comenzarán a construir en Navarra sus nuevas centrales térmicas de ciclo combinado, que quedarán ubicadas en las orillas del Ebro a su paso por la localidad de Castejón. Su presupuesto global de construcción ascenderá a 60.000 millones de pesetas y estarán en funcionamiento en el año 2002. La potencia de ambas centrales superará los 400 megawatios, lo que equivale a todo el consumo eléctrico actual de la Comunidad foral de Navarra.
El Boletín Oficial del Estado ha publicado esta semana las Declaraciones de Impacto Ambiental de ambas centrales, aprobadas por el Ministerio de Medio Ambiente, que considera que los proyectos respetan el paisaje y se ajustan a la legalidad en materia de emisión de gases. Su construcción costará 60.000 millones de pesetas y estarán en funcionamiento en el año 2002. Para reducir costes, ambas compañías piensan en adjudicar la obra civil a un mismo contratista y pactar conjuntamente un precio más competitivo del gas natural que emplearán en sus procesos de generación de energía eléctrica, si bien la gestión de cada planta será independiente.
La potencia de las centrales superará los 400 megavatios, lo que equivale a todo el consumo eléctrico actual de la Comunidad foral de Navarra. El Ministerio de Medio Ambiente ha obligado a Iberdrola a modificar el sistema de refrigeración previsto, que pasará de ser abierto a cerrado, para evitar excesivas repercusiones en las aguas del Ebro, según alertaron los informes de impacto ambiental. El sistema cerrado consigue reducir la temperatura del agua antes de ser devuelta al cauce.
Los movimientos ecologistas, encabezados por Ecologistas en Acción y Greenpeace, han reiterado que la construcción de ambas centrales vulnerará los límites máximos de contaminación marcados en el Plan Energético de Navarra, basados en la reducción de un millón de toneladas al año de emisión de CO2 a base de ampliar el uso de las energías renovables.
Greenpeace recogió más de 20.000 firmas contra las centrales y su responsable de campañas de cambio climático, José Luis García, fue recibido por una comisión parlamentaria ante la que criticó que ambas térmicas emitirán a la atmósfera cuatro millones de toneladas al año de dióxido de carbono y consideró "inaceptable" su construcción sin una orden previa de cierre de otras térmicas de emisión de gases equivalente o mayor.
El Gobierno navarro, que ingresará 2.000 millones de pesetas al año en impuestos derivados de la actividad energética de las plantas, declaró ambas actuaciones en junio de 1999 como proyectos de incidencia supramunicipal basándose en el interés público del consumo de gas natural en vez del tradicional carbón y en el hecho de que, a la larga, estas plantas sustituirán a las clásicas térmicas, mucho más contaminantes.
El Ayuntamiento de Castejón, controlado por el PSN-PSOE, ha apoyado la instalación de las centrales basándose en el empleo que generará, cifrado en 70 puestos de trabajo directos y otros 140 inducidos.
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