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La clínica Mare Nostrum acapara casi la mitad de los pacientes del plan de choque en Alicante

El centro, denunciado por error médico, realiza la mayoría de los trabajos con personal externo

La clínica privada Mare Nostrum de Alicante acapara cerca del 50% de los pacientes y facturación del plan de choque -iniciativa de la Consejería de Sanidad para aminorar las listas de espera desviando enfermos del sistema público al privado- de la provincia. El centro, denunciado por segunda vez por un supuesto error médico, encarga la mayoría de las intervenciones a equipos externos, salvo en las especialidades de Oftalmología, Diagnóstico por Imagen y Litotricia, para que las que cuenta con especialistas propios. Desde 1996, esta clínica ha facturado 1.750 millones de pesetas.

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Desde 1996, cuando entró en vigor el plan de choque, y hasta el 31 de diciembre de 1999, la clínica privada Mare Nostrum ha facturado 1.750 millones de pesetas a la Consejería de Sanidad, cifra únicamente superada por el Hospital Valencia al Mar, con 3.326 millones.Mare Nostrum funciona desde hace 20 años, inicialmente con el nombre de clínica Velázquez. A principios de los noventa, el centro fue adquirido por el ya fallecido empresario Francisco Peris, que relanzó su actividad en torno a la especialidad de Oftalmología. En la actualidad, el presidente del consejo de administración del hospital es Ernesto Barrera Peris, sobrino del mentado empresario. El hospital cuenta con 132 camas con un media de ocupación diaria del 20%.

A raíz de la puesta en marcha del plan de choque, la actividad de la clínica ha sido puesta en tela de juicio en dos ocasiones. En ambos casos, familiares de los pacientes operados en este centro han llevado a la clínica a los tribunales por un supuesto error médico. El primero fue en abril de 1997, cuando falleció la niña Marina Ocaña, de 4 años, tras ser operada de amígdalas. La familia de la menor denunció al centro por imprudencia médica. El juzgado ha archivado por dos veces la causa y rechaza negligencia médica por parte de los facultativos que intervinieron a la niña.

La segunda denuncia contra la dirección y facultativos de Mare Nostrum y, subsidiariamente, contra la Consejería de Sanidad, se presentó el 17 de este mes. La familia de Jessica, una niña de Elche de 7 años, sostiene que la menor ha perdido la visión en un ojo tras ser operada de estrabismo. La dirección de la clínica rechaza la acusación y ha respondido a la querella de la familia de Jessica con otra por injurias. El Juzgado número 6 de Alicante será el encargado de instruir las diligencias del caso.

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17.000 pacientes

Hasta el 31 de diciembre de 1999, la clínica Mare Nostrum ha atendido un total de 17.001 pacientes procedentes del plan de choque, lo que significa el 44% del total de la provincia de la Alicante, que hasta esa fecha contabilizaba 38.595 enfermos desviados a la sanidad privada. Es el segundo centro de la Comunidad que más pacientes ha recibido, después del Hospital Valencia al Mar, con un total de 29.934 pacientes. En el apartado de la facturación, Mare Nostrum acumula un porcentaje igualmente del 44% sobre el total de la provincia, que asciende a 3.890 millones de pesetas. En el conjunto de la Comunidad (hasta el 31 de diciembre de 1999) el plan de choque ha supuesto una inversión pública de 9.610 millones para atender a un total de 88.711 pacientes en los distintos centros privados valencianos.

Las denuncias contra la clínica Mare Nostrum por presuntos errores médicos es analizada con cautela por Salvador Roig, responsable del área de Sanidad del sindicato CC OO en L' Alacantí, quien, por contra, sí cuestiona las ventajas del plan de choque y, de manera especial, el sistema de concierto que regula los pagos de la Consejería a los distintos centros privados.

"Sería injusto descargar sobre un solo centro sanitario todos los reproches sociales que generan los errores médicos", dice Roig. "La segunda denuncia sobre esta clínica ha despertado algunos fantasmas sobre las condiciones de este centro sanitario, que, en teoría, deben ser verificadas por la Inspección de la propia Consejería, que ha prometido la apertura de una investigación que esperamos que se haga de manera transparente", añade.

Sin embargo, Roig hace hincapié en la contestación social que ha conllevado el plan de choque y su supuesta rentabilidad. "Después de cuatro años de funcionamiento de este programa sanitario, la realidad nos demuestra que a pesar de todo el dinero invertido durante estos años el problema de las listas de espera no se ha solucionado". Un ejemplo concreto lo tenemos en el Hospital General de Alicante, con una lista de espera que se situaba en febrero pasado en 1.900 personas y 180 días de demora media.

El centro dice que las denuncias son "un montaje", y CC OO cuestiona el plan

Quesada apenas quiere comentar la polémica suscitada en torno a la clínica por los dos presuntos errores médicos que han acabado en los tribunales, y que han afectado a dos niñas de corta edad. "El primer caso ya ha sido archivado en dos ocasiones por el juzgado", dice. "Y sobre el segundo y a la espera de lo que diga el juzgado, se trata de un nuevo montaje. Esta niña fue operada en la clínica de estrabismo y todo fue bien, más tarde tuvo que ser atendida de una infección que, desde luego, no se produjo en este centro".El director adjunto de Mare Nostrum hace hincapié en el mínimo índice de mortalidad que registra el hospital en el que trabaja. "Las únicas muertes que se han producido han sido de pacientes, afectados por cáncer, en fase terminal", recalca.

Las dotaciones, tanto de medios como de personal, de los centros concertados, son motivo de especial análisis por parte del sindicato CC OO. Para el responsable del área de Sanidad de este sindicato en la comarca de L'Alacantí, Salvador Roig, el plan de choque, que ya ha supuesto una inversión global de 9.610 millones de las arcas públicas, contiene los siguientes puntos negativos: no existe un concierto sanitario, ya que los pagos se abonan a través de la fórmula excepcional denominada reintegro de gastos; no hay libertad para elegir el centro; tampoco está delimitado quién debe pagar los gastos cuando surgen complicaciones posoperatorias y, por último, la Administración no controla si los profesionales que actúan en el plan de choque incurren en algún tipo de incompatibilidad. "Y si se conoce se hace la vista gorda", matiza Roig.

Este sindicato se muestra beligerante contra el plan de choque de la administración autonómica para reducir las listas de espera, por los desfases presupuestarios que, según sus datos, se producen año tras año, y porque son una rémora para el desarrollo del sistema público sanitario. Por el contrario, CC OO sí se muestra a favor del denominado plan exprés, anunciado recientemente por el consejero de Sanidad, "cuyo objetivo primordial, a pesar de la escasez presupuestaria con la que nace, es solucionar desde dentro del sistema público las carencias del mismo".

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