Anna Birulés se inhibirá en cuestiones que afecten a Retevisión

El Ministerio de Ciencia y Tecnología absorbe buena parte de los organismos de investigación científica que dependían de Educación, pero pierde la batalla frente al superministerio de Economía en materia de telecomunicaciones. El departamento de Rodrigo Rato tendrá el control de las tarifas telefónicas y de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones. La ministra de Ciencia y Tecnología, Anna Birulés, será responsable de la ordenación legislativa de las comunicaciones, pero tendrá que inhibirse cuando las decisiones afecten a Retevisión, empresa de la que ha sido consejera directora general.

La nueva ministra de Ciencia y Tecnología llegó ayer a la sede del desaparecido Ministerio de Industria para tomar posesión del cargo arropada por sus ya antiguos colaboradores en Retevisión. Su primer discurso como ministra se escoró hacia el ámbito de la innovación y la investigación científica, con alguna mención a la llamada sociedad de la información. No podía ser de otro modo, ya que muchas de las competencias que inicialmente se preveían para su departamento en telecomunicaciones se han ido a Economía.El equipo de Rodrigo Rato asume las tareas que hasta ahora tenía Fomento sobre "regulación, establecimiento y control de tarifas de los servicios de telecomunicación". Además, queda adscrita a Economía la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), el órgano encargado de conceder las licencias para operar en telefonía, analizar la marcha del sector sobre precios y extensión de nuevas tecnologías y resolver conflictos entre operadoras.

Birulés tendrá a su cargo "la política de fomento y coordinación general de la investigación científica y técnica, del desarrollo tecnológico y de la ordenación de las comunicaciones". Habrá dos secretarías de Estado. Una, de Política Científica y Tecnológica (se baraja a Fernando Aldana, responsable de la Oficina de Ciencia y Tecnología de Presidencia y urdidor del nuevo ministerio). La segunda, de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información.

La cartera de Birulés aglutina ocho organismos que hasta ahora gestionaban presupuestos de investigación (Consejo Superior de Investigaciones Científicas; Instituto de Astrofísica de Canarias; Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial; Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas; Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía; Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias; Instituto Español de Oceanografía e Instituto Tecnológico Geominero). También absorbe la Secretaría de Comunicaciones, de forma que le corresponderá la resolución de los concursos de dos licencias de televisión digital y otras dos de radio digital. Controla también la Oficina de Patentes y Marcas, la Secretaría de Estado de Universidades, Investigación y Desarrollo y la Oficina de Ciencia y Tecnología.

A la postre, Birulés se impone a Educación, pero cede ante dos pesos pesados del nuevo gabinete: Rato y Federico Trillo, responsable de Defensa, que logra que su departamento, con una inversión anual en I+D de unos 30.000 millones de pesetas, conserve la independencia en este campo. Se escapa del control del nuevo ministerio el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), adscrito a Defensa, y está por ver cómo se va a coordinar con organismos científicos como el Instituto Carlos III (Sanidad), el Geográfico Nacional (Fomento) y el Nacional de Meteorología (Medio Ambiente).

Las competencias de la ministra en telecomunicaciones se ven mermadas también por su inmediato pasado como directora general de Retevisión. Josep Piqué aclaró ayer que no existen incompatibilidades, pero que Birulés tendrá que abstenerse de tomar decisiones que afecten directamente a Retevisión, cuya actividad se extiende a la telefonía fija y móvil, Internet y la televisión digital, y es el primer rival de Telefónica.