Despendole latino

Es guapo, latino y rubio. Otro guapo, éste anglo y moreno, le prepara el escenario para que el primero parezca aún más arrebatador mientras canta sus canciones. El efecto sobre las mujeres del escenario con el guapo encima dicen que es categórico, y que éstas se arremolinan cerca de la figura exhalando piropos que brotan entrecortados por efecto de la emoción.Un guapo es David Copperfield, un mago truculento que ha puesto sus misterios al servicio de Ricky Martin, el guapo con mayúsculas que esta noche y mañana llenará el Palau Sant Jordi con su Livin' la vida loca tour, un espectáculo que ya en su título da claves sobre el éxito de este puertorriqueño de 28 años que ha sabido vender a los anglos el poderío latino sin que por ello los latinos le consideren anglo. Todo en el montaje que exhibe Ricky es fantabuloso, desde un Mustang que aparece en escena hasta el rappel que se marcan algunos bailarines y, cómo no, las imposibles curvas de unas bailarinas cuyo papel en escena querrían para sí miles de admiradoras sin temor a las contracturas musculares.

O sea que Copperfield se lo monta a Ricky, y en ese espectacular despliegue de tecnología Ricky canta lo que todo el mundo espera que cante, a saber: Livin' la vida loca, Shake your bon bon, Maria, Copa de la vida o I'm made of you, parte de un repertorio que le ha convertido en vendedor multimillonario. Vaya, que esta noche y mañana se prepara en el Sant Jordi (21.30) de Barcelona un despendole de aquí te espero. Y latino.