Amato ofrece culminar el proyecto de D'Alema en esta legislatura
El nuevo primer ministro italiano, Giuliano Amato, presentó ayer al Parlamento un programa "más de centro y más de izquierda", según sus palabras, para concluir la legislatura, con el que pretende obtener hoy el apoyo de la coalición de centro-izquierda. En síntesis, el nuevo líder de la coalición se propone llevar adelante el programa dejado incompleto por su antecesor, Massimo d'Alema, que ha dimitido tras el reciente fracaso electoral y al que citó seis veces.
Sobre el papel, Amato dispone de los votos para ser confirmado hoy en el cargo, pero el margen es estrecho. Amato pronunció su discurso programático en la Cámara de Diputados mientras el partido de Los Verdes debatía todavía si apoyar desde dentro al nuevo Gobierno o limitarse a sostenerlo desde el exterior. Al final, el partido ecologista decidió otorgar su apoyo al nuevo primer ministro, aunque ningún verde ocupará el sillón de Políticas Comunitarias rechazado el martes por el ex ministro del Medio Ambiente Edo Ronchi. Consciente del descontento que ha causado entre las filas del Olivo la selección de su equipo de gobierno, Amato se mostró conciliador en su discurso con todos los grupos de la coalición y elogió las reformas llevadas a cabo por el anterior Ejecutivo (la mayoría de cuyos ministros se mantiene en el suyo), especialmente las realizadas en los terrenos de sanidad y educación, pese a que los titulares de ambos departamentos han pagado con sus cabezas la osadía de realizarlas.
El nuevo primer ministro abordó todos los temas posibles: desde los económicos, con una referencia a la reducción de impuestos y a la necesidad de que el Gobierno "legisle menos y actúe más" para reactivar la economía, hasta los relativos a la seguridad ciudadana, los problemas de la delincuencia ("que no debe confundirse con la inmigración", dijo) y el empleo. Añadió también un alegato a favor de la familia -"auténtico soporte de la sociedad"- para demostrar a los sectores centristas y a los católicos que es un político moderado. Amato no se limitó a abordar las cuestiones italianas, sino que dedicó su intervención a tratar cuestiones relativas a la UE y a la necesidad de que se convierta "en la otra superpotencia que actúe como socio de EEUU".
