Cercados en el monte
,Los ecologistas presentes en la Junta Rectora del Parque Natural de Despeñaperros (Jaén) han denunciado, en la última reunión de la comisión de conservación, lo que consideran una "dejación de funciones" de la Administración al no adoptar las medidas pertinentes que acaben con la muerte de especies animales protegidas como consecuencia de los vallados instalados en numerosas fincas públicas y privadas de Sierra Morena.La muerte de los animales no sólo se produce por la colisión contra unos vallados que, según los ecologistas, no cumplen con la normativa legal al dificultar el paso a las especies no cinegéticas. También es frecuente, por parte de los guardas de las fincas, la utilización de lazos ubicados en las gateras de las mallas cinegéticas con la única finalidad de acabar con los depredadores de otras especies existentes en los numerosos cotos de caza de la zona.
Así, según los coordinadores del proyecto lince de Ecologistas en Acción, Manuel Moral y Sebastián Moreno, sólo en la finca El Gorgojil, colindante con el Parque Natural de la Sierra de Andújar, se detectaron el último año más de cien lazos y los cadáveres de 25 zorros, cinco tejones e incluso dos especies de lince. En otras fincas se han encontrado también restos de meloncillos, jinetas y otras especies no cinegéticas. Francisco Jesús Martín, representante de Ecologistas de Acción en la Junta Rectora de Despeñaperros, ha instado a la Consejería de Medio Ambiente y al Icona a retirar las vallas en fincas públicas o, en todo caso, su adecuación a la normativa legal existente.
Para los vallados de fincas privadas propone que la Administración no les apruebe el preceptivo plan técnico de caza que da lugar a los aprovechamientos cinegéticos, tal y como recoge la Carta Magna de la Protección de la Naturaleza.
Según los representantes de Ecologistas de Acción, los vallados han creado una barrera artificial que agrava el aislamiento existente en la fauna protegida producido por el efecto de la autovía de Andalucía.
Especialmente grave es la amenaza de este vallado cinegético para la población de lince ibérico, una especie en vía de extinción que tiene en Sierra Morena su principal reducto al concentrar al menos el 70% de los 800 ejemplares existentes en todo el mundo.
Según los datos facilitados por Ecologistas en Acción, el 62% de las muertes de estos animales se producen como consecuencia de la actividad humana. La primera causa son los disparos (con un 63%), a la que siguen las trampas ilegales (21%), la caza con perros (21%), los atropellos (17%) y ahogos (4%).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.