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Cumpleaños del satélite que ve los detalles del cielo

Los astrofísicos destacan incansables la altísima resolución de las imágenes que toma el telescopio Hubble. Desde su situación en órbita a más de 500 kilómetros de altura sobre la superficie terrestre, sin la atmósfera por delante, la nitidez que logra ese observatorio es tal que ha dado un vuelco a la astronomía en todos los campos. Los estudiosos de los procesos de formación y evolución estelar aprecian detalles muy finos en las nubes de gas y polvo donde nacen los astros; los que quieren averiguar cómo eran las galaxias en el pasado distinguen estructuras sutiles allá donde otros telescopios no ofrecen más que un resplandor informe; los que quieren medir distancias en el universo encuentran estrellas pulsantes y explosiones de supernovas en galaxias alejadas. La resolución, sin duda, es la gran baza del Hubble, que estos días cumple sus primeros 10 años en órbita. Y han sido 10 años plagados de aventuras.Fue el 20 de abril de 1990 cuando el transbordador espacial Discovery llevó el telescopio al espacio; pocos días después los astronautas lo desplegaban en órbita. La euforia de los astrónomos al ver por fin en sus manos el ansiado telescopio espacial se congeló poco después, cuando constataron que su espejo principal tenía un defecto de fabricación irreparable. Muchos de los proyectos científicos previstos se vinieron abajo, o se retrasaron tres años, hasta que un nuevo vuelo del transbordador llevó a los primeros astronautas encargados de reparar el Hubble, compensando su defecto óptico. En 1993, el telescopio espacial prácticamente recuperó su capacidad prevista y empezó el gran paseo triunfal del telescopio más célebre de la NASA y de la ESA, triunfal en astronomía y en relaciones públicas. El Hubble es un satélite del tamaño de un autobús (13,3 metros), con una masa de 11.475 kilos, que da una vuelta alrededor de la Tierra cada 97 minutos. Con él han trabajado y seguirán trabajando miles de científicos.

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Un telescopio espacial más allá del 'Hubble' La NASA y la ESA preparan un observatorio tan avanzado que tendrán que probar en órbita sus nuevas tecnologías ALICIA RIVERA Baltimore

Los astrónomos estaban acostumbrados a ver el cielo inmutable, pero esa percepción ha dado la vuelta, gracias a los modernos telescopios, y no sólo el Hubble. Por ejemplo, en el simposio organizado recientemente en Baltimore (EEUU) por el Instituto Científico del Telescopio Espacial, los especialistas han explicado cómo gracias a la alta resolución, pueden ver cómo cambian, en tres o cuatro años, las nebulosas donde se están formando estrellas en nuestra galaxia y en otras.

Los efectos de las colisiones de gigantescas galaxias o los procesos que se dan alrededor de agujeros negros son algunas de las maravillas que aporta la alta resolución de las imágenes. La NASA y la ESA están estos días de celebraciones para festejar el telescopio bautizado en honor del gran astrónomo Edwin Hubble.

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