Una reyerta entre dos clanes del poblado rumano de San Roque acaba con seis heridos
La región registró ayer nuevos casos de violencia por armas blancas. Si el jueves y el viernes pasados hubo cinco heridos graves,la Semana Santa se cerró con más agresiones con cuchillos. Ocho personas fueron víctimas de estas armas, uniéndose así a la larga lista que se inició a comienzos de año (cuatro fallecidos y más de 50 heridos). En el poblado de rumanos de San Roque (Fuencarral) hubo seis heridos en la pelea entre dos clanes. Además, el turista alemán Franz B., de 56 años, recibió una gravísima puñalada en un pulmón, en el paseo del Pintor Rosales, a manos de un atracador.
La fuerte discusión en el poblado de inmigrante rumanos de etnia gitana de San Roque comenzó a las cuatro de la tarde. Los participantes en la pelea fueron dos clanes que viven en tiendas de campaña en la parte exterior del campamento de casas prefabricadas. Se enfrentaron con una catana (espada en forma de sable, de origen japonés) y con piedras. El enfrentamiento se saldó con seis heridos (tres hombres y tres mujeres). La llamada de urgencia entró por el teléfono 112, y al principio alertaba de que se habían producido dos víctimas mortales. Este extremo se desmintió tras la llegada de las fuerzas de seguridad. Cuatro de los contusionados sufrían heridas de pequeña consideración, como cortes, algún chichón producido por una pedrada o heridas en las piernas. Los seis fueron atendidos por los médicos de tres ambulancias (dos UVI y una convencional) del Samur. En la zona hubo una fuerte presencia policial para impedir que se reprodujeran los incidentes. Una mujer, Ragusin L., de 33 años, fue trasladada por el Samur al hospital La Paz para que le suturaran una brecha en la nariz. Otro herido, de 35 años, fue llevado al hospital Ramón y Cajal porque sufría un corte en el hombro izquierdo. "No sabemos cómo ha empezado la pelea, pero hay que tener en cuenta que estas personas beben mucho alcohol y suelen tener muchas broncas entre ellos", señaló un agente que vigilaba el poblado.
Un detenido
Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron a Dumitro M., de 24 años, acusado de haber iniciado la pelea y agredido a otros compatriotas. Ayer se encontraba prestando declaración. La policía cree que era la persona que esgrimió la catana. Tras la reyerta, la tiró junto al campamento, pero la policía la recuperó.
Los ánimos estuvieron encendidos durante más de una hora después de haberse registrado la pelea. Los miembros de las 35 familias asentadas en el campamento se increpaban mutuamente y se acusaban de poseer "grandes pistolas" con las que herían a los contrarios.
Como estaba previsto, los 300 rumanos que actualmente viven en las afueras del campamento de San Roque -entre ellos, los implicados en la reyerta de ayer- serán trasladados esta semana al cámping para nómadas del Camino de los Canteros (en el distrito de Villa de Vallecas), donde podrán permanecer hasta un máximo de seis meses.
Esta agresión no fue la única que se produjo ayer en la capital. Un turista alemán, Franz B., de 56 años, resultó herido muy grave, tras recibir una puñalada en el pecho. La agresión ocurrió a las once de la mañana en el paseo del Pintor Rosales (Moncloa). La víctima y su esposa estaban paseando cuando se les acercó un individuo delgado, de 1,90 de estatura. Aparentaba entre 30 y 40 años.
El atracador pidió a la pareja extranjera que le diera sus carteras y pertenencias. Entonces se inició una discusión y el asaltante se puso nervioso. Propinó a Franz B. una cuchillada en el pecho que le afectó a un pulmón. Una UVI móvil del Samur atendió al herido y lo trasladó al cercano hospital Clínico de San Carlos. Los cirujanos le intervinieron nada más llegar. Tuvieron que extirparle parte del pulmón afectado por la cuchillada. Su pronóstico era ayer muy grave, según informaron fuentes médicas.
El agresor del turista alemán se encontraba anoche en paradero desconocido. La policía desconocía si el atracador pudo hacerse con las pertenencias de la pareja. La mujer estaba muy nerviosa. El matrimonio estaba hospedado en el hotel Tryp, de la Gran Vía.
Mayor presencia policial
El presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, ya pidió el pasado sábado la aplicación "rigurosa" del Código Penal, que prevé penas de cárcel para las personas que hayan sido detenidas tres veces con armas blancas. Ibarra aseguró que "el matonismo urbano" aumenta cada día en la región, lo que crea "un serio problema de inseguridad". La Delegación del Gobierno no ha puesto a disposición judicial a ninguna persona por llevar navajas, según Ibarra.
El delegado del Gobierno, Pedro Núñez Morgades, recordó que desde el inicio de las operaciones Luna y Búho, en octubre de 1998, las fuerzas de seguridad se han incautado de 2.500 navajas y cuchillos. También aseguró que cada vez "hay menos navajazos" y que las víctimas los reciben "en partes menos vitales".
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